Rajoy elude hablar de Soria y reclama de nuevo una gran coalición

El presidente del Gobierno dice que es la"única fórmula viable" y acusa a los socialistas de haber "boicoteado" la formación del nuevo gobierno.

Acto del PP en Zaragoza
Acto del PP en Zaragoza
Guillermo Mestre

Llegó a Zaragoza justo un día después de la renuncia de José Manuel Soria como ministro de Industria por haberse destapado su participación en sociedades radicadas en paraísos fiscales. Pero no hizo mención al escándalo. Fiel a su estilo, el presidente del Gobierno y líder del PP, Mariano Rajoy, evitó la polémica y prefirió pisar terreno seguro. Con la precampaña ya lanzada, Rajoy reiteró su exigencia de una «gran coalición» con el PSOE, abierta a Ciudadanos, como única vía para evitar la repetición de las elecciones.


El presidente cerró en la capital aragonesa, junto a la líder del PP-Aragón, Luisa Fernanda Rudi, una convención sobre política educativa que tuvo sabor a precampaña y en la que se evitaron asuntos escabrosos, como el de Soria. No solo Rajoy esquivó la controversia. Ningún otro dirigente popular comentó la noticia para pasar página cuanto antes, mientras la oposición reclama explicaciones. «Hemos venido a hablar de educación y no de otra cosa», dijo Rajoy.


En un discurso sin apenas referencias a Aragón, se aferró a su estrategia. Recordó que solo un día después de las elecciones defendió "una gran coalición entre PP y PSOE", a la que podrían sumarse Ciudadanos, el partido que lidera Albert Rivera. Sin mucha convicción de lograr ahora su objetivo, recordó que esta solución permitiría forjar una mayoría en las dos cámaras para «hacer reformas por consenso y por muchos años», además de trasladar "un buen mensaje" a los inversores y a los mercados."Actitud mendicante"

"Es lo que planteamos el 21 de diciembre y está vigente hoy. Es una fórmula sensata y lo saben hasta los que no están de acuerdo", afirmó. Para Rajoy, la alternativa es "una amalgama de partidos letal" formada por el PSOE, Podemos y los independentistas. Acusó a los socialistas de haber «boicoteado» la gran coalición y de decir que la opinión "de 7,2 millones de votantes del PP no sirve para nada". Respecto a la alianza de izquierdas, aseguró que "pese a la actitud mendicante de Pedro Sánchez, parece que no tiene futuro, por suerte para España y los españoles".


Rajoy recordó que "90 y 40 son 130", número de diputados que suman PSOE y Ciudadanos y con el que «no se puede gobernar». Por eso, reiteró que la gran coalición "es la única fórmula viable» y que la va a mantener «hasta el final". "No se trata de una investidura, sino de poder formar un gobierno", declaró.


Tanto la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, como Rudi coincidieron con Rajoy en la necesidad del acuerdo de los dos grandes partidos. "Estamos hastiados de tanta escenografía y de tanto cuadro teatral. España necesita un Gobierno", dijo De Cospedal, que insistió en que «estos cuatro meses ha habido un espectáculo bochornoso» por el «boicot» de socialista Pedro Sánchez al PP.


El presidente fijó entre los objetivos de un futuro Gobierno la creación de puestos de trabajo, el mantenimiento del estado del bienestar, la defensa de la unidad de España, la lucha contra el terrorismo y la regeneración democrática "para que no se repitan los acontecimientos que a todos nos han abochornado". Fue la única referencia a la corrupción en su discurso. Para alcanzar estas metas, aludió a la necesidad de alcanzar cinco grandes acuerdos: empleo, reforma fiscal y financiación, pacto social, por la educación y por el fortalecimiento institucional. "Las fuerzas políticas deben debatir sobre lo que le interesa a la gente", destacó.

En clave electoral

Rajoy abordó el motivo por el que los populares se habían reunido en Zaragoza: la educación. Y no solo se refirió a la necesidad de un gran pacto educativo o a la defensa de la Lomce (avisó de que si la izquierda la derogara "sería una nueva forma de sectarismo"). En clave electoral, desgranó algunas de las propuestas más destacadas de cara a una repetición de los comicios: la ‘mochila’ digital, un programa nacional de formación del profesorado, la obligación en 10 años de que los universitarios acrediten el nivel B2 de inglés para obtener el título o un plan nacional de erradicación del acoso escolar, con un teléfono de atención a las víctimas. Además, prometió llevar las becas «a máximos históricos» o defender la libertad de elección de centro educativo.


Tras las promesas, Rajoy retornó a lo «inédito» de la situación política actual. "Vamos a seguir planteando a los españoles las cosas en serio. Esto no es un concurso de nada ni un espectáculo. Cuando se habla de los temas que afectan directamente a la gente, hay que tomárselo en serio", insistió. Y cerró el acto con desdén hacia sus rivales políticos y tono de mitin: "Cuando se va al Congreso de los Diputados, conviene estudiar un poco. Y a un Gobierno no se va a aprender, sino que se llega aprendido".

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