El chabolismo se extiende en Zaragoza y ya hay 53 asentamientos en los que viven 385 personas

Son enclaves aislados y no muy grandes donde viven sobre todo familias gitanas, pero también inmigrantes ‘económicos’. Hace tres años había controladas 219 personas, casi la mitad.

La parcela de Venta del Olivar está llena de chabolas, autocaravanas, vehículos y cientos de palés de madera.
La parcela de Venta del Olivar está llena de chabolas, autocaravanas, vehículos y cientos de palés de madera.
Guillermo Mestre

El chabolismo va a más en Zaragoza. Se trata de núcleos dispersos, distribuidos generalmente en torno a las autovías de acceso a la ciudad o debajo de los puentes. Pero, sobre todo, se trata de personas que viven en pésimas condiciones, en ocasiones con niños pequeños y a merced del duro clima zaragozano. El Ayuntamiento ha detectado que cada vez hay más focos: durante el año pasado se documentó la presencia de 53 asentamientos en la ciudad, de los cuales 17 eran enclaves chabolistas y 36, casos de infraviviendas.


El aumento de número de enclaves se explica, en parte, por el desalojo que se hizo de las chabolas ubicadas junto a la estación de Delicias, que llegaron a crear un auténtico problema de salubridad en la zona. Sus moradores, reacios a entablar cualquier tipo de contacto con los servicios sociales para buscar una posible alternativa a su situación, se desperdigaron por núcleos más pequeños por distintos puntos de la ciudad.


Es habitual ver chabolas bajo los puentes del Ebro, y también en la pasarela sobre la desembocadura del Huerva. Justo enfrente, en Vadorrey, hay dos enclaves más: uno en Camino del Vado (junto a Marqués de la Cadena), en la gran parcela de la ribera donde se derribaron varias naves industriales hace unos años, y otro entre Ronda Hispanidad y el río Gállego. El resto se encuentran diseminados por algunas de las vías de acceso a la ciudad, como la carretera de Logroño, la de Huesca, la avenida de Cataluña... Uno de los más importantes, el que ilustra esta página, reúne a unas 40 personas de varias familias en Venta del Olivar.


Al margen de la actualización del ‘censo’ chabolista, el último gran estudio sobre este problema social lo hizo el Ayuntamiento en 2013, para fijar una estrategia de erradicación en el horizonte del año 2020. En el diagnóstico que incluyó ese informe, se detectó que el número de chabolas tradicionales se ha reducido drásticamente, dejando paso a la ocupación de construcciones o bloques abandonados, y hasta de viviendas vacías en edificios habitados en la ciudad consolidada.


También se ha detectado que en los últimos años el chabolismo deja de estar asociado exclusivamente a la población de etnia gitana española y portuguesa, como hasta hace una década. Ahora suman el 60% del total de la población chabolista, ya que se han incorporado también gitanos rumanos y los llamados inmigrantes ‘económicos’. Los primeros representan el 15%, y se trata de familias sin arraigo, sin empadronamiento, desconocedores del castellano y que sufren un importante rechazo social. Los segundos, los extranjeros, han aumentado considerablemente, llegando a ser el 17,8% del total. Son inmigrantes que han perdido su empleo, generalmente hombres solos que se han quedado sin recursos.


Según el estudio municipal de 2013, el 63% de la población chabolista son hombres, mientras que las mujeres sufren una situación de especial vulnerabilidad. En 2013 se contabilizaron 67 menores de edad, en los que es habitual el absentismo escolar.


El Ayuntamiento trabaja desde hace años con esta problemática. Actualmente el equipo de intervención atiende a 107 personas con diversas políticas sociales aplicadas caso por caso. El grupo municipal del PP preguntará en la próxima comisión de Servicios Sociales sobre el trabajo que está haciendo el equipo de Gobierno.

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