Los barrios del Distrito Sur se unen por la can-vivencia

Valdespartera, Arcosur, Montecanal y Rosales del Canal solicitan zonas de esparcimiento canino.

Los barrios del sur de Zaragoza piden espacios para sus perros
Los barrios del sur de Zaragoza piden espacios para sus perros
C. I.

Los cuatro barrios que integran la denominada Plataforma Distrito Sur-Valdespartera, Arcosur, Montecanal y Rosales del Canal-, han presentado los proyectos para la creación de dos zonas de esparcimiento canino. Una en la calle Martín Díez de Aux, en Montecanal, y otra en Salomón y la Reina de Saba, en el barrio de Valdespartera, en una zona muy cercana a Arcosur.


Aseguran que por 7.000 euros podría habilitarse uno de los espacios: “En Valdespartera ya hay riego así que tan solo necesitaríamos unos 300 metros de valla para cerrar medio solar, la otra parte podría destinarse a una zona infantil ya que muchos dueños de animales también son padres”, asegura Consuelo Andrés, presidenta de la Asociación de Vecinos Los Sauces de Montecanal.


En su opinión, la necesidad de un espacio propio para uso canino es muy importante, sobre todo para evitar problemas de convivencia entre los vecinos con y sin perros: “En los barrios del sur no hay ningún espacio de estas características y eso que hay una gran cantidad de gente con animales. Cualquier tarde nos juntamos con 30 perros en el Parque del Conocimiento, es un buen momento para que se relacionen”, añade. Aunque asegura que no son los únicos que socializan: “Los vecinos también creamos muchos lazos. Incluso han salido algunas parejas del grupo de paseo, ¡aquí tenemos varias!”.


Desde Los Sauces afirman que en estos espacios se desarrollarían además actividades, cursos de adiestramiento y campañas de civismo para los vecinos. Esta iniciativa guarda relación con la existencia de numerosos solares abandonados y espacios en obras que se acaban convirtiendo en vertederos improvisados para algunos vecinos. “El problema no son los perros sino los dueños que no son todo lo cívicos deberían. Este es un barrio nuevo con muchos niños, y las zonas verdes y los solares están repletos de excrementos de perros”, critica Ana, vecina de Rosales del Canal.


Aunque asegura que “no es lo que más demandaría en el barrio”, ya que faltan muchos servicios, opina que “no estaría de más un mayor control policial y una mayor concienciación de los vecinos”. “Tener un perro es una responsabilidad”, concluye. Sin embargo, en opinión de Juan, vecino del mismo barrio, no se trata de un problema tan generalizado. “No es que la mayoría de vecinos con perro lo hagamos mal, pero los pocos que lo hacen generan gran sensación de suciedad y lo pagamos”.


Otra vecina asegura que, debido a la ausencia de espacios habilitados, de vez en cuando los miembros de su grupo de paseo se acercan a Cuarte de Huerva: “Allí tienen un espacio muy amplio y bien preparado para los perros, que necesitan salir en grupo porque tienen que aprender a comportarse en sociedad”. En su opinión, es cierto que “hace falta un mayor control para disuadir según que prácticas incívicas”. En cuanto a la normativa de suelta, asegura que “estamos en un país en el que no se puede tener perro” debido a la gran cantidad de restricciones.Un plan para fomentar la convivencia


Precisamente hace unos meses nacía en la capital aragonesa una propuesta de actuación social que pretende mejorar la convivencia entre las personas y los animales en la ciudad de Zaragoza y otras poblaciones de Aragón, a través de la educación y de la participación de todos los ciudadanos. “Nos basamos en la colaboración de profesionales, entidades de gestión animal y asociaciones de vecinos para fomentar la sana convivencia entre personas que tengan o no animales”, explica Raúl Hueso, de Espacio Ítaca, empresa creadora del proyecto.


Con ese objetivo comenzaron a realizar un estudio en el que se encuentran inmersos en estos momentos. Por medio de encuestas vecinales intentan adaptar el programa a las necesidades de cada barrio. “El desconocimiento provoca la mayoría de los problemas. Por ejemplo, a la hora de crear espacios de esparcimiento. Si un perro tuviera que diseñarlos jamás pondría vallas o rampas, ni estarían con otros 50 perros corriendo o en lugares sin sombra. Hay que adaptarlos a las necesidades reales de los animales”.

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