La Fiscalía retira la acusación a dos de las procesadas por la huelga de limpieza

Estaban acusadas de desobediencia y resistencia a la autoridad por una concentración en 2013 de las trabajadoras de limpieza.

El Ministerio Fiscal, tras la vista realizada por el Juzgado de lo Penal número 1 de Zaragoza, ha decidido retirar la acusación a dos de las acusadas de desobediencia y resistencia a la autoridad en una concentración en 2013 de las trabajadoras de limpieza de los hospitales, que estaban en huelga.


Asimismo, pese a que ha mantenido la calificación a los otros tres procesados, a quienes le imputa los mismos delitos, ha solicitado a la jueza que les rebaje la pena de los nueve meses de prisión que pedía anteriormente a la multa mínima para estos casos, de 720 euros -seis meses a razón de cuatro euros diarios-.


En cuanto a las dos mujeres para las que ha retirado los cargos, la fiscal ha considerado que, tras los testimonios de los acusados, de los policías y el visionado del vídeo de las cámaras de seguridad del edificio del Servicio Aragonés de Salud (Salud), ante el que se concentraban, no se acreditan por su parte actitudes de resistencia a la autoridad o desobediencia.


Una de ellas ni siquiera aparece en dicho vídeo y ninguno de los declarantes ha sabido situarla en los hechos, mientras que la otra, madre de otra de las imputadas, se limita a agarrarse a su hija, ya que en el momento de su detención se le engancha su mochila con la puerta, y a acompañarla.Respecto a los otros acusados si se ha apreciado desobediencia

No obstante, con respecto a los otros tres acusados, la fiscal sí que ha apreciado desobediencia a los requerimientos de los agentes policiales, al interpretar del vídeo que trataban de entrar a las dependencias del Salud, lo que la Policía trataba de impedir, dado que había sucedido la semana anterior en otra concentración similar.


Se ha basado también en las declaraciones de los policías, que han asegurado haber recibido empujones por parte de los manifestantes, así como arengas para entrar al edificio.


Sin embargo, a pesar de que ha reiterado que dicha actitud "no se puede admitir", ha atemperado su petición debido a que el resultado no fue grave y teniendo en cuenta la aglomeración presente en el porche del edificio, donde decenas de manifestantes se agolpaban también para protegerse de la lluvia que caía ese día en Zaragoza.


Los abogados defensores de estos tres acusados, por su parte, han reclamado la absolución de sus clientes.


Carmen Romeo, una de las mismas, ha declarado encontrarse al final de la concentración antes de que se diera la vuelta y que, a causa de los empujones producidos por la aglomeración, dio con uno de los agentes, quien la empujó cayendo al suelo, como se ve en el vídeo, antes de detenerla, a lo que no opone resistencia.


Su abogado ha insistido en que los propios policías no recuerdan, no vieron, no estaban presentes o no intervinieron en dicho momento y que el propio agente que la detuvo reconoció que estaba recibiendo empujones desde atrás.


Del mismo modo, ha subrayado que las imágenes son "claras", que en ellas su defendida no aparece realizando ninguna acción de desobediencia o resistencia a la autoridad y que, de hecho, es ella la que cae al suelo.

Con respecto a Miguel Serrano, a quien la Fiscalía imputa además tres faltas de lesiones al haber presuntamente intentado evitar la detención de su otra compañera, su letrado y él mismo han reiterado que ni siquiera quería entrar dentro del edificio y que solo se acercó para interesarse por el estado de la detenida.


Su abogado niega, por tanto, intención real de desobediencia, basándose en la falta de "contundencia" y "claridad" en las declaraciones de los policías y en que, a su juicio, el vídeo evidencia que mantuvo un comportamiento "completamente pasivo".


Sobre las lesiones, ha argumentado que no se ha llegado a acreditar que sea Serrano el autor de las mismas.


Por otro lado, la última de las acusadas, Sara García Vela, hija de una de las dos absueltas, ha manifestado que simplemente intentó entrar para ver cómo estaba su compañera Carmen y que, cuando levantó las manos, no lo hizo para hacer un llamamiento a entrar en las dependencias del Salud, sino para advertir de que uno de los policías había sacado su porra.


Su defensor ha recalcado que toda la acción fue pacífica y que incluso en el vídeo se observa cierto susto y miedo, ya que madre e hija se abrazan en el interior del edificio tras la detención de esta última.


Después de la vista de hoy, el juicio ha quedado visto para sentencia.

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