Palomas torcaces: 80 días al año de suplicio

Estos animales pasan por la ciudad en primavera y verano, sus épocas de pasa, generando mucha suciedad en las calles.

Vista de la calle de las islas Baleares, en La Jota.
Vista de la calle de las islas Baleares, en La Jota.
HA

A las palomas torcaces, hasta hace algunos años, solamente se las podía ver en el campo, su hábitat natural. Pero estos animales terminaron por hacerse urbanos: en la ciudad se encuentran más seguras y tienen abundante comida. En Zaragoza hay una población fija durante todo el año, no son demasiados ejemplares y no generan grandes problemas.


La intensa suciedad que genera esta especie se concentra en dos épocas al año, apenas 80 días, en primavera y verano. Estas son tradicionalmente épocas de migración o pasa. La población de palomas torcaces en la capital aragonesa se multiplica varias veces y su molesto rastro, que no son sino deyecciones de gran tamaño, se puede ver por todos los rincones de la ciudad, especialmente en parques, calles con árboles y veladores.


Desde la Unidad Verde del Ayuntamiento de Zaragoza advierten: poco se puede hacer contra estas visitantes más allá de intensificar los operativos de limpieza y que vecinos y propietarios de establecimientos con veladores sean pacientes durante los días de pasa.


El 'modus vivendi' de la paloma torcaz hace muy difícil su control, explica Alberto Esteban, técnico responsable de la Unidad Verde. Están acostumbradas a vivir en el campo: durante el día se mueven con libertad por toda la ciudad y no tienen un lugar de pernocta fijo. No necesitan un nido grande, apenas les basta con un par de ramas, “poco más que el tamaño de un plato de café”, apunta Esteban.


Elaborar un censo, como se ha hecho por ejemplo con las cotorras argentinas, es imposible en este caso. “No sabríamos si estamos contando varias veces al mismo animal”, indica el técnico medioambiental, amén de que estas palomas no son una especie invasora.  


A las torcaces les gustan mucho las gramíneas, así que es fácil observarlas cerca de este tipo de plantas. Pero realmente pueden verse en cualquier punto de la ciudad, sobre todo en zonas donde abunden los árboles. Tienen especial querencia por estas zonas, explica Esteban. Esto es algo que saben bien los vecinos de la calle de las islas Baleares, en el barrio de La Jota. Se trata de una vía con grandes pinos en los que las torcaces se posan a comer y dormir. Aparcar el coche en esta zona de la ciudad es una actividad de riesgo: en poco más de una hora puede quedar irreconocible.


“No hemos registrado quejas de los vecinos, pero sí que es verdad que hay zonas del barrio que están muy sucias, incluso más que otros años”, explica José Antonio Andrés, presidente de la Asociación de vecinos La Jota. Las patrullas de limpieza acuden regularmente a adecentar la zona, indican algunos vecinos de esta tranquila vía que apenas tiene tráfico, pero la cantidad de palomas que pasan al cabo del día por estos pinos hace que su trabajo se luzca apenas unas horas.

Ingenio para ahuyentar a las torcaces

Según explica Alberto Esteban, el paso primaveral de las palomas torcaces por Zaragoza durará “un mes o 40 días”. Algunos zaragozanos que sufren especialmente las molestias causadas por ellas le han dado al ingenio para hacer esta etapa algo más llevadera. Confiando en que el miedo que tienen estos animales a las aves rapaces, grandes depredadores, hay quien ha instalado en sus terrazas unas figuras que imitan búhos o lechuzas. Se pueden adquirir en algunas ferreterías de la ciudad y online, en portales como Amazon.




Desde Comercial Artieda, un establecimiento situado en el barrio de San José, explican que se trata de una suerte de muñeco de plástico. Está hueco para poder rellenarlo de arena o piedras, así pesa y no corre riesgo de caerse al suelo. Para darle incluso más realismo, la cabeza tiene un muelle que permite un movimiento lateral cuando sopla el viento. Su precio ronda los 25 euros y es autoinstalable. “Se está vendiendo bastante para terrazas y azoteas. Funciona bastante bien, hace años que los radioaficionados conocen este sistema y lo utilizan”, expresan fuentes del comercio.


En Gilca, tienen varios remedios para alejar a las palomas de ventanas, azoteas y veladores. La estrella es un producto que tan solo lleva en el mercado unos tres meses. Se trata de un líquido que, mediante un pulverizador, se aplica en las zonas a las que acuden los animales. Las palomas, y en general todas las aves, se mantendrán lejos de estos puntos porque este líquido genera un olor que les incomoda y, además, les genera una pequeña descarga neuronal. Se trata de un agente filmógeno, por lo que su acción se prolonga varias semanas, ya que el producto permanece inalterable en el lugar en el que es aplicado. 


Fuentes del establecimiento zaragozano explican que este sistema es tan eficaz que ahora mismo lo tienen agotado, aunque comercializan otros productos que también funcionan bien, como repelentes granulados para colocar, por ejemplo, en los alféizares de las ventanas preferidas por las aves, además de las por todos conocidas varillas antipalomas.


Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión