​SEO BirLife insta a la CHE a ejecutar el plan de gestión de inundaciones

La organización insiste en la necesidad de poner en valor el importante papel que deben jugar las zonas de inundación.

La crecida del Ebro llega a Zaragoza
La crecida del Ebro llega a Zaragoza
José Miguel Marco/Guillermo Mestre

La organización ecologista SEO BirdLife apoya a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) en la protección del río y solicita que se ejecute el Plan de Gestión de Inundaciones de la Cuenca, así como que junto con el Gobierno de Aragón lidere una campaña para lograr la devolución del espacio fluvial al Ebro.


Ante la nueva crecida ordinaria del Ebro, la organización ecologista ha difundido un comunicado en el que insiste en la necesidad de poner en valor el importante papel que deben jugar las zonas de inundación, sean o no de dominio público hidráulico, para el adecuado funcionamiento del río.


Seo/Birlife rechaza que sea necesario modificar la normativa ambiental, que permitiría actuar sobre el río Ebro sin tener en cuenta el impacto ambiental que generan estas intervenciones.


Según el delegado de SEO BirdLife en Aragón, Luis Tirado, "independientemente de los dragados, las avenidas causarán cíclicamente daños en los núcleos urbanos si no se toman las medidas oportunas, y de poco sirven actuaciones puntuales dirigidas a modificar la hidromorfología del río si no se gestiona y reduce el riesgo".


"Se trata, al fin y al cabo, de evitar en todo momento que los núcleos urbanos consolidados se vean afectados año tras año por las inundaciones debido al estrecho canal en que hemos convertido el río Ebro", apunta Tirado.


La organización ambiental subraya que la experiencia ha demostrado que una gestión adecuada de estos espacios, retirando motas y devolviendo al río el terreno ocupado, "no sólo supone un reconocimiento de los beneficios que el río aporta al bien común, sino que además reduce los riesgos frente a las inundaciones e incrementa la protección ambiental de los espacios protegidos por la normativa de la Unión Europea".


Tirado calcula que en el caso del Ebro, el espacio fluvial y sus zonas inundables han mermado en un 45 % desde 1927, con motas que "impiden un adecuado funcionamiento al ecosistema fluvial" y que "ha convertido al Ebro en un canal artificioso donde el agua ve incrementada su velocidad y, con ello, su efecto destructivo sobre las motas".


"En muchas ocasiones, las roturas se producen en puntos y momentos imprevisibles. Algo que puede afectar a cascos urbanos, poner en peligro a las personas y dificultar la coordinación de los planes de emergencia para estos episodios", advierte.


Seo BirdLife tampoco considera que los ríos como el Ebro estén "sucios", al menos en cuanto a la presencia de grava o vegetación de ribera, y señala que la extracción de gravas y la eliminación de vegetación riparia "nada tienen que ver con limpiar los ríos", ya que su presencia "cumple una función clave en la correcta carga y descarga de los acuíferos, y a su vez actúa como cobijo para el desove y refugio de la excepcional fauna de este ecosistema".


Según Tirado, la práctica de extracción de gravas, además de "alteraciones graves" a los bosques de ribera y su vegetación adyacente, "no ha solucionado el problema que, según las previsiones climáticas, tenderá a agravarse", por lo que lo considera un "derroche económico" que además "no se lleva a cabo por motivos de seguridad, sino por dar algún tipo de respuesta cortoplacista a las quejas".

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