No todos tienen intención de comprar. Algunos vienen a mirar, a descubrir novedades y a "vivir el ambientillo" como quien se va a contemplar a la Semana de la Moda. Pasean aceptando todos los folletos, llenan con ellos sus bolsas promocionales y abren bien los ojos ante las máquinas más espectaculares. La feria que se celebra estos días en Zaragoza es el sueño de cualquier agricultor y en apenas dos días ha recibido ya a 85.000 personas dispuestas a dejarse impresionar. Hay de todo, algunos que llegan "a comer y beber", como declaran unos jóvenes agricultores subidos a un tractor, y otros vienen a allanar el terreno desde el que impulsar grandes oportunidades de negocio.

La Feria Internacional de Maquinaria Agrícola (FIMA) es la más potente del sector que se celebra en el país y en todo el sur de Europa y congrega a agricultores y promotores de todas las edades y regiones. Los primeros quieren saber cómo la innovación puede facilitarles el trabajo y se dejan poner los dientes largos ante cada máquina que se expone en Zaragoza. Los segundos llegan desde distintos países para tantear productos, precios y marcas. Entre unos y otros la organización de la Feria espera superar los 200.000 visitantes antes de cerrar el sábado esta 39 edición.

"Dame 40 millones y me los gasto aquí en una mañana", bromeaba este miércoles Pablo, un pequeño productor de maíz y alfalfa de Fréscano mientras José, un agricultor de 57 años dedicado al cultivo de calabazas, estudiaba con cuidado cada artefacto capaz de aliviarle los riñones.

Lleno en hoteles y restaurantes

Catalanes, castellanoleoneses y vascos vienen a pasar el día y se centran en productos específicos. Hay 1.357 expositores y no da tiempo a ver todo en una jornada. Los aragoneses tienen más suerte y son varios los que confiesan que piensan ir y venir a Zaragoza los cinco días para poder inspeccionarlo cada recoveco de los más de 150.000 metros cuadrados de la Feria.

Los que llegan de más lejos hacen noche en la ciudad y los hoteles de Zaragoza están hasta los topes. La ocupación supera el 80%, los precios para esta semana se dispararon hace meses y ahora mismo resulta imposible hacer noche en Zaragoza por menos de 150 euros. Los pueblos del entorno también están a rebosar de agricultores y la familia burgalesa de los Ortega, por ejemplo, ha tenido que pernoctar en Alfajarín porque no había manera de encontrar algo asequible en la ciudad. "En Alagón y Tauste pedían también 100 euros la noche y lo demás estaba todo completo", explica la mujer de esta familia de tres miembros. A su marido le interesa cambiar el tractor y no hay mejor ocasión para comparar características que esta feria bienal.

Delegaciones extranjeras

Los que sí han encontrado plaza -y buena- son los miembros de las misiones comerciales extranjeras. Solo de Marruecos se han desplazado hasta Zaragoza los representantes de 21 empresas dedicadas a la importación y distribución de maquinaria agrícola y además hay empresas de argelinas, búlgaras y de otra decena de países. 

Ali Abdaless es uno de los marroquíes presentes en la FIMA. Es gerente de la empresa Touirsa y busca firmas con las que entablar relaciones para la importación de maquinaria de riego, segadoras, recogedoras y enfardadoras. Él y los otros 20 componentes de la delegación marroquí volaron el martes desde Casablanca y partirán de nuevo el viernes hacia su país. Hasta entonces piensan disfrutar de la oferta gastronómica local y recorrer puntos emblemáticos como Los Cabezudos, El Asador de Aranda o el Café Zaragozano. 

"La FIMA siempre se nota en las reservas", reconocen desde el mencionado asador. En otros lugares de esparcimiento, como El Plata, también han registrado un aumento de las reservas para este jueves y sospechan que la feria agrícola puede tener algo que ver.