El Ayuntamiento reduce drásticamente las cotorras eliminando ejemplares adultos

El último censo revela que hay 221 nidos y unos 300 ejemplares de cotorras en Zaragoza. El año pasado había 1.400 animales.

Cotorras argentinas en un parque de Zaragoza.
Cotorras argentinas en un parque de Zaragoza.

Las cotorras argentinas están dejando de ser un problema en los parques y zonas verdes zaragozanos. Desde hace diez años, el Ayuntamiento realiza un seguimiento de esta especie exótica invasora y trata de controlar su expansión. En los últimos años los técnicos municipales habían probado varios métodos de control sobre los huevos, que habían permitido controlar el crecimiento de la especie pero no habían conseguido reducir significativamente el número de ejemplares. Pero en el último año han cambiado de estrategia y han conseguido reducir drásticamente la población de cotorras argentinas.


Según el último censo (que se está terminando de realizar estos días), en Zaragoza hay 221 nidos en 151 árboles y una escultura. Se estima que hay unas 300 cotorras, cuando el año pasado había 1.442. La Unidad de Agentes Forestales del Ayuntamiento de Zaragoza decidió poner en marcha la eliminación directa de ejemplares adultos para frenar la expansión de esta especie. Eliminar ejemplares adultos (con permiso del Gobierno de Aragón) se combina con otras técnicas como el control de huevos, el uso de jaulas y la retirada de nidos.


"Zaragoza es una ciudad pionera en el control de cotorras. Muchas ciudades de España tienen cotorras argentinas, pero pocas están actuando. Nosotros hemos probado distintas técnicas. Hasta ahora, la más utilizada había sido esterilizar los huevos inyectándoles agua, pero era insuficiente. Lográbamos que la población estuviera estabilizada, pero no conseguíamos reducir significativamente su número. El control intensivo de adultos es el método más eficaz", explica Montserrat Hernández, jefa de la unidad de Gestión Forestal.


Además, en el mes de mayo los agentes forestales de la Unidad Verde, en colaboración con el servicio de Parques y Jardines y el cuerpo de Bomberos desarrollaron trabajos de control de puestas. Se malograron 1.585 huevos y se eliminaron 286 nidos, como explicaron los técnicos municipales en la presentación del balance anual de la Agencia de Medio Ambiente y Sostenibilidad, el pasado mes de noviembre.


El Ayuntamiento realiza cada año un censo para controlar la población de cotorras. Los nidos y las cotorras siguen concentrados especialmente en tres zonas de la ciudad: el parque José Antonio Labordeta, el Tío Jorge y el de Castillo Palomar. El principal riesgo de esta especie invasora en el hábitat urbano son sus nidos de gran tamaño y peso.


"En el Arrabal vemos que ha descendido la población de cotorras, pero sigue habiendo en el parque Tío Jorge. Aún hay muchos nidos y estos provocan daños. Hace unos meses hubo que retirar parte de la escultura de Orensanz del parque porque estaba dañada por un nido de cotorras", apunta Rafael Tejedor, presidente de la asociación de vecinos del Arrabal. "Pedimos al Ayuntamiento que siga vigilante y actuando contra esta especie invasora", subraya.


Hace unos 30 años se constató la presencia de cotorras argentinas en Zaragoza, coincidiendo con la importación de ejemplares de esta especie a toda Europa. La primera pareja se detectó en el centro deportivo El Soto, en 1984, y en las décadas siguientes fueron reproduciéndose y anidando en parques urbanos, como el Tío Jorge y el Parque Grande.


"Los primeros años pasaban inadvertidas por tratarse de una población pequeña. Pero es una especie con una tasa reproductiva muy alta y fueron expandiéndose. Factores como la ausencia de depredadores, la facilidad para conseguir alimento y la adaptación al clima han favorecido su expansión en número y superficie habitada, hasta un punto en el que son capaces de producir desajustes y provocar daños", explican desde Medio Ambiente.


Además de las cotorras, la Agencia de Medio Ambiente también hace un seguimiento y control de otras especies de fauna urbana, como estorninos, murciélagos, vencejos, halcones y gaviotas. El año pasado se marcó la primera colonia de cría de gaviotas, instalada en edificios del recinto Expo. Su habitat natural es el mar, pero cada vez es más habitual ver a este especie en el interior.

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