Zaragoza contará dentro de aproximadamente un mes con 36 nuevas hectáreas para huertas ecológicas en el barrio de San Gregorio, productos que se destinarán a la comercialización y que permitirán la instalación de unos 15 proyectos de esta características en ese terreno.

Así lo han explicado en rueda de prensa el responsable de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza, Pablo Muñoz, y la concejala delegada de Medio Ambiente y Movilidad, Teresa Artigas, tras participar en la reunión del Consejo de Gerencia de Urbanismo de la ciudad, donde se ha dado cuenta de esta iniciativa.

Ambos miembros del equipo de gobierno de Zaragoza han indicado que estas hectáreas van a entrar a formar parte del banco de tierras de la ciudad, donde en la actualidad hay nueve hectáreas destinadas a esa finalidad.

Artigas ha apuntado que el objetivo es "dar un impulso decidido al consumo agroecológico" en el municipio y ha precisado que unas 15 personas de las 20 que hay en lista de espera para poder optar al alquiler de este tipo de terrenos podrían beneficiarse del acuerdo alcanzado entre el consistorio y la junta de compensación del sector San Gregorio II.

Según ha detallado, tras las dos ediciones de la escuela agrícola, hay 62 nuevos agricultores, de los que diez han empezado a cultivar, siete de ellos en Zaragoza, "y 20 están esperando a disponer de tierras", aunque "no todos las necesitan para ahora" puesto que están elaborando su proyecto y están recibiendo asesoramiento para poder llevar a cabo su negocio.

Ha añadido que se estima que un agricultor de huerta ecológica puede vivir con unas dos hectáreas y por eso ha apuntado que unos 15 podrán participar en las 36 de las que se va a disponer, una vez se haya realizado la tramitación de esta iniciativa.Acuerdo en San Gregorio

El responsable de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza, Pablo Muñoz, ha relatado que han logrado un acuerdo con la junta de compensación de San Gregorio II, sector del que el consistorio es propietario del 60 por ciento, para una cesión del suelo durante cinco años prorrogables para destinarlo a usos agrícolas.

Según ha dicho, "no podemos eliminar los derechos urbanísticos, pero sí aplazar su ejecución" ante la situación de "debilidad" de las promociones urbanísticas por la coyuntura económica actual, y alquilar esos suelos para que se integren en el banco de tierras público del consistorio.

En el caso de este sector, la previsión de construcción de viviendas es de 1.347, mientras que ahora va a ser usado como huerta, algo posible porque esa zona "está parada" en lo que refiere a nuevos proyectos de construcción "e incluso hay pérdidas por el mantenimiento de la junta de compensación".

Muñoz ha reconocido que en otros sectores "va a ser más duro", con cuyos propietarios se pretende negociar "la flexibilización de los plazos de urbanización para que pasen a tener usos agrarios" durante un tiempo.

El objetivo del consistorio es acabar la legislatura con cerca de cien hectáreas destinadas a este fin, para apostillar que en el caso de estos terrenos de San Gregorio "era fácil la reconversión" por su situación actual, de forma que en algunas zonas se podría entrar a trabajar ya, mientras que hay espacios que en estos momentos está siendo cultivados por lo que habrá que esperar a que se recoja la cosecha.Terrenos arrendados

Muñoz ha apuntado que será la junta de compensación quien arrende estos terrenos, con unos precios que serán "razonables", mientras que la concejala de Medio Ambiente ha sostenido que esta iniciativa va a contribuir a "aprovechar los recursos endógenos" del municipio y atenderá el "déficit" de comercialización de productos agroecológicos que hay en la ciudad.

En este punto, ha apostado por "buscar nuevas vías de comercialización" para estos productos, como generalizar su presencia en tiendas de barrio, restaurantes o en el albergue municipal, más allá del mercado agroecológico que se celebra en la parte trasera del Teatro Principal.

Artigas ha remarcado las ventajas tanto ambientales, económicas como sociales de esta iniciativa ya que favorece la regeneración del suelo y el comercio de proximidad, algo que contribuye a frenar el cambio climático y es "motor de empleo local y verde", además de poder ofrecer productos ecológicos que benefician a la salud de las personas.