La Navidad es una de las épocas más emotivas del año. Se trata de unas fechas en las que felicitar a los amigos o familiares más lejanos es una tradición. Hace algunos años, la moda era enviar por correo postales de Navidad con los mejores deseos. Hoy en día, internet ha desbancado estas costumbres para sustituirlas por animados vídeos o imágenes con los que sorprender a los más cercanos.

Haciendo memoria, hace algunos años a los buzones llegaban felicitaciones navideñas tanto de amigos como de empresas. Todo eso ha quedado en el pasado. El correo electrónico es el gran sustituto: “Las postales de Navidad han decaído por completo”, afirma la gerente de la Papelería San Pablo de Zaragoza.

Solo algunos pocos se animan a comprar tarjetas navideñas: “La gente sigue comprando postales, pero en menor medida, y sobre todo, nosotros tenemos un público religioso”, aseguran desde la Papelería San Pablo. Para los más tradicionales, el papel y las imágenes religiosas siguen siendo un buen recurso a la hora de felicitar estas fechas. Para los más jóvenes, las felicitaciones animadas son la elección más fácil y divertida.

¿Quién no ha visto alguna vez un duende bailarín cantando un Villancico? Hoy en día, todos pueden protagonizar una felicitación navideña. Aplicaciones como ElfYourself o JibJab permiten enviar felicitaciones personalizadas a través del teléfono móvil o correo electrónico en las que cada uno puede ser el protagonista. Ivillancincos envia Villancicos junto a vídeos con motivos navideños. También la aplicación Belén de Navidad, compone un belén con todos los miembros de la familia.

Todas estas aplicaciones ofrecen la posibilidad de compartir la felicitación a través de redes sociales y correo electrónico, una inmediatez de la que las postales de navidad carecen.

Unicef es una de las organizaciones que a día de hoy sigue ofreciendo la posibilidad de comprar postales de Navidad con un fin benéfico. En 2009, la organización llegó a obtener el 15% de sus ingresos a través de la venta de postales, según informaba Andrés Conde, director del área de Márketing y Captación de Fondos de Unicef.

Con el paso de los años la venta ha decaído, aunque desde Unicef Zaragoza aseguran tener fieles compradores de postales. Como método de venta, la organización ofrece la posibilidad de comprar las tarjetas en centros comerciales, en vez de en las diferentes sedes repartidas por España, como era habitual. Para estar a la vanguardia de la tecnología, también disponen de venta de postales online, al igual que otras organizaciones como Oxfam Intermon.

Papelerías, librerías y algunos estancos, siguen manteniendo una pequeña sección de postales para acercar al público una de las costumbres navideñas más tradicionales que está desapareciendo.