Una explosión de gas destruye un piso en Villarreal de Huerva y deja un herido grave

Una fuga de butano de una estufa originó la deflagración en la habitación en la que dormía un hombre de unos 50 años. Un bebé de un mes y sus padres, que vivían en la misma casa, fueron hospitalizados en observación en Calatayud.

Una explosión de gas cuyo origen pudo estar en la estufa de butano que calentaba uno de los dormitorios de un piso de Villarreal de Huerva obligó ayer a asistir a cinco miembros de una misma familia. Uno de ellos, el más grave, es un hombre de unos 50 años que permanece ingresado en la Unidad de Quemados del Hospital Miguel Servet. Una pareja (la mujer, de 22 años) y sus dos hijos, una niña de 2 y un bebé de apenas un mes –el pasado jueves fue empadronado–, también fueron trasladados al hospital Ernest Lluch de Calatayud, en el que quedaron en observación la pareja y el bebé. La deflagración fue tan grande que derribó todas las paredes del piso. También hubo daños materiales en otras viviendas y cuatro de las ocho que tiene el edificio quedaron inhabitables.


Todo sucedió sobre las 7.10, cuando se oyó una fuerte explosión en el 2º derecha de un bloque de tres alturas ubicado en el número 1 de la calle de La Huerta. Todo apunta a un escape de gas de la estufa de butano que había en el dormitorio de un tío de la mujer, que vive con la familia. Según los bomberos, en la casa había otras tres estufas de butano. La Guardia Civil investiga ahora las causas que produjeron la explosión.


Un amigo de los afectados que reside en el primero, Alin Lendea, fue quien avisó al 112 y acudió en su ayuda. También acudieron otros vecinos, incluso alguno del bloque colindante. En este edificio, construido hace nueve años, todos los inquilinos son trabajadores de una de las granjas de gallinas que hay en el pueblo. De hecho, el propietario del bloque es también dueño de la empresa.


Bomberos de los parques de Cariñena y Daroca acudieron al lugar, aunque cuando llegaron los 25 vecinos del resto del edificio ya lo habían desalojado. Según explicó el inspector jefe de los Bomberos de la DPZ, Eduardo Sánchez, la onda expansiva fue tan grande que la puerta blindada de entrada a la casa salió volando, impactó contra la del piso de enfrente, la derribó y entró unos cuatro metros en la casa vecina.


La deflagración destruyó por completo el piso y tiró todos los tabiques del lado derecho del bloque. En el solar situado frente al edificio siniestrado se podía ver una ventana, la persiana, la verja del balcón y numerosos enseres del piso afectado. Un coche que había aparcado justo en la puerta también quedó destrozado.


El herido más grave estaba, según indicaron fuentes del Gobierno de Aragón, estable dentro de la gravedad. El matrimonio fue trasladado junto con el bebé al hospital de Calatayud. En un primer momento, la niña de 2 años se quedó al cuidado de su abuela, que vive en una casa muy próxima a la siniestrada, pero después se decidió trasladarla también para tenerla en observación.

Desde el Ayuntamiento se abrió el bar y una sala que hay en la parte baja de la Casa Consistorial para que los desalojados pudieran estar resguardados del frío, ya que ayer el pueblo amaneció cubierto de nieve. Casi todos los afectados tenían familia o amigos en este pueblo de 260 empadronados que les brindaron alojamiento.


Un arquitecto de la Diputación de Zaragoza, Carlos Bressel, fue el encargado de valorar el estado en el que quedó el edificio. "La estructura está bien, pero el piso de la explosión está destrozado. La parte de arriba de la caja de la escalera también tiene daños", dijo. Los técnicos se encargaron de cortar el suministro de luz y agua de las plantas superiores, que no podrán ser ocupadas hasta que no se reparen. Sí que estaba previsto que los vecinos de los cuatro pisos de la primera planta y la baja volvieran a sus casas.

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