El viajero que agredió al conductor de un autobús era checo y tenía una orden de búsqueda

L. K., de 40 años, fue localizado a primera hora de este domingo por la Guardia Civil con leves síntomas de hipotermia.

El autobús, con la ventanilla del conductor rota, tras el suceso
El autobús, con la ventanilla del conductor rota, tras el suceso
Heraldo.es

La Guardia Civil detuvo a las 8.20 de este domingo al viajero de nacionalidad checa, identificado como L. K. de 40 años, que supuestamente agredió al conductor de autobús que cubría la ruta Barcelona- Zaragoza en la tarde noche del sábado. Después de horas de patrulla por las inmediaciones de Pina de Ebro -lugar en el que el chófer detuvo el vehículo, y donde el supuesto agresor se escapó rompiendo la ventanilla del autocar antes de la llegada de la Guardia Civil-, los agentes dieron con él cuando caminaba por la carretera A-1107 en el término municipal de esta localidad zaragozana con leves síntomas de hipotermia. Tras estar la pasada noche en dependencias policiales e imputársele un presunto delito de lesiones, se comprobó que sobre él pesaba una orden internacional de búsqueda y detención para extradición. Ha sido trasladado de madrugada a la Audiencia Nacional, donde quedará a disposición judicial.


Según indicaron fuentes de la Guardia Civil, en las labores de búsqueda de este pasajero participaron dos patrullas de la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia (Usecic), cuatro equipos de seguridad ciudadana de distintas localidades y un equipo cinológico formado por dos efectivos y un perro de rastreo.

El incidente

La detención se produjo horas después de que el conductor y varios viajeros del autobús de la compañía Alsa alertaran a la Guardia Civil del comportamiento violento de uno de los pasajeros. Al parecer, y según exponen los testigos, el ahora detenido estuvo más de una hora reclamando hablar con la policía y pidiendo bajarse del autocar, desde que el bus realizó una parada técnica en el área de servicio de Montblanc, en Tarragona. Los pasajeros afirman que estaba "nervioso" y "tenía un comportamiento muy extraño".


Al llegar al peaje de Pina de Ebro, según los testigos, "empezó a dar patadas a la puerta y se abalanzó al conductor, intentando tomar el control del volante y dando varios volantazos". La escasa velocidad del autocar en ese momento salvó que el suceso tuviera mayores repercusiones. El chófer tuvo que parar el vehículo y, con la ayuda de otros pasajeros, lograron retener al pasajero conflictivo. Entonces, mientras esperaban la llegada de la Guardia Civil, el supuesto agresor rompió la ventanilla y se escapó, hiriendo en la mano al conductor. Los pasajeros tuvieron que esperar más de una hora hasta que llegó un nuevo bus de Alsa para continuar el camino hasta la estación de Delicias de Zaragoza.

El chófer siguió el protocolo

Según fuentes de Alsa, su conductor siguió el protocolo adecuado al avisar a las fuerzas de seguridad cuando la situación se hizo insostenible. Ante las críticas de algunos viajeros de que debería haber un mayor control cuando se detectan comportamientos de este tipo, subrayaron que lamentan la "situación tan desagradable" que tuvieron que vivir en la noche del sábado, pero que ante un episodio "tan extraño y excepcional", era muy complicado tomar la decisión de impedirle viajar "cuando contaba con billete en vigor y se desconocía el desenlace de la historia".


No obstante, afirman que si los pasajeros afectados por el suceso plantean alguna reclamación por las inconveniencias que pudieron sufrir, la compañía atenderá su demanda tal y como establece la ley.





El autobús, parado en las inmediaciones del peaje de la AP-2

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