Jessica: "Me encontré la alianza a unos 7 metros de profundidad"

Cuando Jessica Cuesta se sumergió en el mar a principios de agosto para impartir una clase de buceo, nunca pensó que sería la protagonista de una inesperada historia de amor. "Estaba buceando en la isla de Benidorm con un alumno cuando vi una arandela en el fondo del mar, a unos 7 metros de profundidad. Siempre suelo coger todo lo que puede contaminar el mar o afectar a los animales, así que la saqué, pero al hacerlo se le cayó parte del sedimento. En ese momento, descubrí que era un anillo", explica Jessica.

Ahora ya sabe que el zaragozano Agustín Aliaga es el dueño de la alianza que encontró aquel día y que la había perdido hace 37 años en Benidorm, solo cinco meses después de contraer matrimonio con Juani Sánchez. "Estoy muy ilusionada de que hayan podido recuperar esa alianza, ya que en mi familia perdimos una que era muy importante sentimentalmente para nosotros y sé lo duro que es", sostiene. 

Por ello, en el momento en el que se dio cuenta de que era una alianza, no dudó en buscar al dueño. Al principio acudió al Registro Civil de Benidorm, pero el hecho de que no aparecía un nombre completo (en la inscripción solo ponía Juani y la fecha) y que la localidad es un importante destino turístico imposibilitó la búsqueda.

Finalmente el cauce utilizado fue Facebook. Allí lo intentó hasta en dos ocasiones, siendo la última la que dió el resultado deseado. "Me ha sorprendido que personas de Finlandia, Colombia, Estados Unidos... hayan compartido la publicación y se hayan interesado en que Agustín recuperara su alianza", recalca. Por eso, siempre destaca que ella no ha sido la artífice: "Ha sido la gente, ellos son los que han encontrado a Agustín". 

Sin embargo, el camino no fue sencillo, ya que durante esos días recibió más de 300 mensajes privados a través de Facebook de personas que aseguraban que eran las dueñas: "Había muchos que realmente habían perdido un anillo hace años, pero también varios interesados".

Para intentar evitar a todos estos interesados y dar con la persona adecuada, Jessica publicó una imagen del anillo en la que no se veía la inscripción completa y la única información que facilitaba era la fecha de la boda y el lugar en el que apareció. "Ni siquiera mis compañeros de trabajo sabían el nombre, por eso cuando Juani se puso en contacto conmigo y me dijo cómo se llamaba, di un grito de alegría", asegura. 

Ahora, en una semana viajará a Zaragoza para encontrarse con Agustín y Juani, que actualmente viven y regentan un bar en Utebo, y poder devolverles el anillo. "Al principio pensé en mandárselo por correo, pero me hace mucha ilusión ver cómo después del tiempo que han pasado han podido recuperar el símbolo de su amor y que todavía sigan siendo una feliz pareja", sostiene la instructora de buceo.