El conductor acusado de arrollar a dos ciclistas en Botorrita queda en libertad con cargos

El detenido triplicaba la tasa de alcohol permitida e invadió el arcén por donde circulaban las víctimas. La juez de guardia deja en libertad al arrestado, que se enfrenta a dos homicidios por imprudencia.

La titular del juzgado de Instrucción número 6 de Zaragoza, Natividad Rapún, dejó anoche en libertad con cargos a L. M. P., de 62 años, un conductor que en estado ebrio presuntamente arrolló por la mañana y causó la muerte a dos ciclistas zaragozanos de 61 y 68 años, Enrique Javier Comín Guillén y Alberto Martínez Fernández, cuando circulaban en dirección a Teruel por la carretera N-330 a la altura del término municipal de Botorrita (Zaragoza). Según el equipo de atestados de la Guardia Civil el conductor, que triplicaba el límite legal de alcohol establecido, invadió el arcén por el que circulaban correctamente los dos cicloturistas y los atropelló.


Estos hechos, sin embargo, no fueron considerados suficientes por la juez a la hora de decretar el ingreso en prisión del detenido, que prestó declaración en el juzgado de guardia por la tarde y abandonó estas dependencias por una salida auxiliar, según informó la Policía, a petición de su letrada y para preservar su anonimato.


El fiscal, Raúl Miranda, sin embargo, había solicitado que ingresara en la cárcel. En declaraciones a los medios, afirmó que a su juicio existió una "conducta de temeridad muy alta" para justificar esta medida, pero que la juez no observó la misma gravedad y consideró que no existe riesgo de fuga; además, el fiscal apuntó que "faltan datos" para completar el atestado policial, en concreto "testificales" y "diligencias" sobre otro posible "accidente previo" del mismo conductor que estaría por aclarar, y que con ello la situación del acusado podría cambiar. En todo caso, afirmó que se enfrenta a dos delitos de homicidio por imprudencia grave y otro contra la seguridad en el tráfico por conducción bajo bebidas alcohólicas. Fuentes cercanas al caso añaden que se investiga asimismo una posible conducción temeraria.


Los hechos ocurrieron poco antes de las diez de la mañana en el kilómetro 476,5 de la mencionada nacional, la antigua carretera de Valencia, que es frecuentada cada fin de semana por numerosos amantes de las bicis. El tramo donde se produjo el atropello es recto, con cambio de rasante y linea continua. Según la Guardia Civil, el coche, un Opel Vectra, levantó por los aires al primero de los dos ciclistas, que marchaban en fila, y arrolló a continuación al segundo, deteniendo el vehículo varias decenas de metros después. Las dos víctimas fallecieron prácticamente en el acto, según fuentes próximas al caso. Pese a la existencia del cambio de rasante, en ese tramo existía visibilidad como para haber adelantado a las bicis guardando la distancia de seguridad adecuada, de un metro y medio. Se da la circunstancia de que el punto donde se produjo el accidente está a escasos metros de un desvío que conduce a la A-23 y del de la carretera de Botorrita a Fuendetodos, vía que durante los fines de semana es empleada por numerosos cicloturistas.


Hasta el lugar del suceso acudieron de inmediato patrullas de la Guardia Civil del destacamento de Cariñena y de Atestados de Zaragoza, así como ambulancias, Bomberos y Protección Civil. La N-330 fue cortada en ambos sentidos durante al menos dos horas, hasta que fue retirado el Opel Vectra que causó el atropello, con su parte delantera visiblemente dañada, en especial la mitad derecha de la luna, además del faro de ese mismo costado.


Hoy se practicarán las autopsias de los cuerpos de los dos ciclistas en el Instituto de Medicina Legal de Aragón, adonde fueron trasladados los cadáveres.

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