Si en algo se distinguen las fiestas de Fabara es por su originalidad y porque siempre introducen novedades, conservando el éxito de años anteriores. Unas fiestas que no tienen chupinazo, sino dos: uno al mediodía y otro a las doce de la noche. Lo que no tienen es pregón, ni imposición de bandas ya que no hay fabarolas ni mayores ni infantiles.

La ‘Colors Returns Fabara’, la fiesta del color a base de polvos de harina de arroz con colorante, se ha mantenido este año tras el éxito de la edición pasada, así como el baile del farolillo.

Varias son las novedades en este 2016 como el primer campeonato de dardos o las primeras olimpiadas tradicionales. Además las peñas compiten en juegos como tiro de soga o carrera de sacos, mientras que se mantienen concursos como los de birles, petanca o guiñote.

También se celebran baile de disfraces, tanto para pequeños como para mayores. Las habaneras no faltaron el pasado martes, día del patrón, a las que a fabaroles y visitantes se unieron muchos amantes que hay en la comarca de este tipo de música. Tampoco fallaron los ‘correfocs’, todo un espectáculo de fuego y color.

Ayer un novedoso taller de manualidades y diábolos congregó en el pabellón a numerosos participantes. Los niños participaron en las distintas actividades que hubo en las instalaciones bajo la atenta mirada de sus padres, que no perdieron la oportunidad de jugar con ellos. El parque de Rabinat fue el escenario de cucañas para los pequeños y, a continuación, las mujeres de Fabara dieron de merendar chocolate con bizcochos.

Para hoy, lo que antes era el ‘Día del Gos’ –una jornada dedicada al descanso– se ha convertido en el último día de las fiestas, con origami por la mañana, castillos hinchables y una merienda popular que cerrará las fiestas de San Roque 2016.