Resuenan las charangas y los cabezudos ya encorren a la chavalería de Caspe

Cientos de caspolinos se congregaron ayer en la plaza de España para saltar con el multitudinario chupinazo, que abre cuatro días de actos lúdicos y tradicionales.

Las charangas no pueden faltar en la celebración de la apertura de peñas.
Las charangas no pueden faltar en la celebración de la apertura de peñas.
Mª Carmen Ribó


Con un enérgico "¡Viva San Roque y Caspe!", coreado por cientos de voces, y con el chupinazo lanzado por Jesús Senante, alcalde de Caspe, dieron ayer comienzo las fiestas patronales. Por delante, cuatro días de alegría, diversión y un intenso programa de actividades.


Ayer no cabía un alfiler en el balcón de la Casa Consistorial. Junto a la corporación municipal estuvieron los dos caspolinos mayores, las cinco caspolinas mayores, las seis infantiles, y todos ellos con la banda que les acredita como tales. También les acompañaba el pregonero, honor que este año le correspondió al IES Mar de Aragón, representado por su director Félix Cortés.


Desde la plaza de España, la fiesta se extendió a todos los barrios y plazas. Empezando por la calle Mayor, que recorrieron los cinco gigantes, los cabezudos y la banda de música seguida por caspolinos y visitantes. Hicieron una parada en la plaza del Compromiso, frente a la Colegiata, allí bailaron los gigantes, y de nuevo a la plaza de España donde volvieron a danzar, mientras que los cabezudos encorrerían a los niños.


Tras las persecuciones y los bailoteos, se instaló una mesa en la calle Mayor para la comida popular. En esta ocasión el plato principal fue una fideuá. Hubo poco tiempo para la sobremesa porque en esta zona minutos después se concentraron las peñas, que acompañadas por la charanga iniciaron el recorrido para colocar el cachirulo al patrón. La imagen está situada en una hornacina de la fachada de la ermita de San Roque, ubicada en uno de los barrios más antiguos del municipio. Este año la peña Skándalo fue la encargada de poner el cachirulo al santo, con motivo de su 30 aniversario.

Todo el día sin parar

Después de la puesta del pañuelo, llega uno de los actos de las fiestas que más gente congrega: el recorrido de la ‘apertura de peñas’. Doce son las que participan, repartidas a lo largo de toda la geografía urbana, y su incorporación se produce cuando la charanga llega al local de cada una de ellas.


La tarde también tiene un toque deportivo ya que en las instalaciones del club de tenis Meridiano Cero tuvieron lugar ayer los cuartos de final del torneo de tenis ‘Ciudad de Caspe’, prestigiosa competición que este año llega a su edición XXXIV.


Al caer la noche, comenzó la primera verbena de las fiestas y los toros de fuego. Pero antes hubo mansos para los pequeños, en un circuito previamente señalizado, –aunque pueden salir desde cualquiera de las calles, incluso salir dos toros a la vez–,­ los críos hicieron sus primeros recortes y quiebros. Pero las verdaderas estrellas de las fiestas fueron los toros de fuego. Los Amigos de Fuego de la peña La Oficina fueron los portadores del animal cargado de carretillas de fuego. Los mejores lugares eran las escaleras de la Colegiata y las del Corazón de Jesús, dos sitios privilegiados en los que siempre hay más de un susto, ya que nadie es capaz de predecir el recorrido de las carretillas, conocidas en Caspe como ‘encorreviejas’.


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