Así contó HERALDO el crimen de Ejea

A dos meses de que prescribiera el crimen, la Guardia Civil ha identificado al presunto autor de la muerte de un ejeano hace 20 años.

Noticia publicada el 17 de septiembre de 1996 sobre el asesinato de Eduardo Montori
Noticia publicada el 17 de septiembre de 1996 sobre el asesinato de Eduardo Montori
Documentación HERALDO

La Guardia Civil ha identificado al presunto autor material del asesinato de Eduardo Montori, cuyo cuerpo apareció hace 20 años decapitado en el dormitorio de su domicilio en Ejea de los Caballeros.


Se trata de P.M.C.L., un español de 43 años, amigo de la víctima, que se encuentra actualmente en la prisión de Zuera (Zaragoza) por otros delitos y que ya fue detenido el 31 de octubre de 1996 como uno de los principales sospechosos.


Así contó el HERALDO DE ARAGÓN el suceso en 1996:


MACABRO AJUSTE DE CUENTAS EN EJEA


LIZ ALDAYTURRIAGA. Ejea (17 de septiembre de 1996)


Identifican el cadáver que fue apuñalado, decapitado y desfigurado por las llamas sobre su propia cama.

Aún no ha podido ser encontrada la cabeza de la víctima, que estaba fichada por varios robos y estafas.


El cadáver del hombre salvajemente apuñalado, decapitado y desfigurado por el fuego, hallado en la mañana del domingo en su domicilio de Ejea de los Caballeros, ha sido identificado como el de Eduardo Montori Sanz, un hombre de 34 años y con antecedentes penales por delitos de poca entidad, vecino de esa población de las Cinco Villas.


Tres jóvenes fueron detenidos por su presunta relación con el brutal asesinato, si bien el juez decretó posteriormente su libertad. Todos los indicios apuntan que el móvil del crimen pudo ser un ajuste de cuentas a cargo de las mafias que operan en la zona de Cinco Villas y la ribera navarra. En medio de la celosa investigación del suceso, también fueron detenidos y liberados más tarde cuatro periodistas mientras trabajaban junto a la casa de la víctima, 24 horas después del espeluznante descubrimiento.


El cuerpo salvajemente mutilado se hallaba en el piso del entresuelo izquierda de la calle Zaragoza, número 2, en una barriada de promoción oficial. El cadáver estaba tendido sobre una cama, boca abajo. Según los primeros testigos del hallazgo, el cuerpo aparecía con varias puñaladas en la espalda, decapitado y desfigurado por las llamas.


El asesino o asesinos se habría ensañado con su víctima quemando sus brazos, raspando tatuajes y las yemas de sus dedos para obstaculizar su identificación. La parte de atrás de la vivienda tenía los cristales rotos y las paredes ennegrecidas por el humo.


Para completar un cuadro tan horripilante, la cabeza del cadáver no fue encontrada en la casa ni había sido hallada ayer tarde. Brigadas municipales trabajaban -apoyados por la Policía Local-en el sondeo de las tres alcantarillas más próximas a la vivienda en la que se encontró el cadáver. Según explicaron, las labores se debían a una denuncia de un vecino por un tapón en los desagües de la zona, aunque este tipo de problemas no son nuevos en el barrio, según los agentes.


Fue la vecina del piso de enfrente quien precipitó el macabro hallazgo. Alertada por el desagradable olor a humo y descomposición que reinaba en el rellano, la señora telefoneó a las fuerzas de Seguridad. Estas requirieron la presencia de algún familiar y, finalmente, fue el cuñado de la víctima quien accedió al interior del piso por una ventana a las once de la mañana del pasado domingo. Desde dentro, franqueó la puerta de entrada a la Policía Local y los Bomberos de Ejea, quienes tuvieron que realizar su trabajo con mascarillas y equipos autónomos de respiración.


También intervinieron la Guardia Civil de Ejea -cuyos agentes precintarían después la puerta del piso-y el Juzgado de Guardia, que ordenó el levantamiento del cadáver. La instrucción del sumario, declarado secreto, la realiza la jueza María del Carmen Sanz, en el Juzgado de Primera Instancia Número 2 de Ejea.


Al parecer, Eduardo Montori Sanz, cuya última profesión conocida fue la de camarero, hacía mucho tiempo que no trabajaba, según sus próximos. Se dedicaba al trapicheo y la estafilla de poca monta, era un chaval metido en líos, pero no mala gente. Estas personas no descartaban una más reciente vinculación con las mafias argentina y gitana, que funcionan desde Tudela a Lérida, a donde viajaba a menudo.


La víctima tenía antecedentes por delitos contra la propiedad, estafa, robo, apropiación indebida, lesiones y quebrantamiento de condena. En enero de este año fue detenido en relación con sendas estafas a varias empresas de Zaragoza, Navarra y La Rioja.


El caso está sometido al férreo control judicial del sumario, tan estricto que cuatro periodistas fueron detenidos ayer por la mañana. Los periodistas -dos de Antena 3 Televisión y otros dos que trabajan para una productora de televisión navarra-, fueron requeridos por agentes policiales para que les acompañaran al Juzgado cuando, según un responsable de la emisora simplemente tomaban imágenes del exterior de la casa. El juez de guardia los liberó cuatro horas más tarde.


La fecha del asesinato se desconoce. Fuentes de la investigación especulan con la posibilidad de que la víctima falleciera hace unos ocho días, aunque no han transcendido los resultados de la autopsia, que se practicaba ayer en el Instituto Anatómico Forense de Zaragoza. Algunos conocidos de Eduardo Montori señalaron haberlo visto el jueves o viernes de la semana pasada, conduciendo un Alfa Romeo 33 de color blanco. Sin embargo, la mayoría de los ejeanos se niegan a hablar.


Sólo sé que no sabemos nada y la familia no va a hablar, fue la única declaración del cuñado de la víctima, en la sobremesa del bar-restaurante Herdy, de Ejea . Nos han prohibido decir nada, explicó. Esta persona fue la que halló el cadáver de Eduardo Montori Sanz a eso de las once de la mañana del domingo, según él mismo confirmó, tras ser requerido para entrar en la casa del fallecido por una ventana.


El hombre horriblemente asesinado acudía con asiduidad a dicho establecimiento, que regentan su hermana y el marido de ésta. La exmujer del hombre asesinado y su hermana dirigen, por su parte, una carnicería en el centro de la localidad que ayer permaneció cerrada durante todo el día. La pareja tiene un hijo de corta edad y, a pesar de estar separada desde hacía algún tiempo, no se llevaba mal, según conocidos de ambos.


Los vecinos más cercanos de la víctima callan. La mayoría ni siquiera abre la puerta de sus hogares, no se sabe si amedrentados por el ensañamiento de los criminales que han acabado con la vida de su vecino o por las advertencias de los agentes: Nos han dicho que tengamos la boca cerrada.

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