Un proyecto pionero entrena a perros para detectar con su olfato células cancerígenas

?Una bilbilitana entrega un cachorro de sabueso al Centro de Cáncer y Detección Olfativa Canina, donde identificará muestras de orina con componentes tumorales.

Yuka, a la izquierda, es la alumna aventajada de la clase. Marín es el segundo de los sabuesos.
Yuka, a la izquierda, es la alumna aventajada de la clase. Marín es el segundo de los sabuesos.
Macipe

Marín, un sabueso de sangre de Baviera criado en Calatayud, forma parte desde ayer del Centro de Cáncer y Detección Olfativa Canina (CDOC). Este es un proyecto del Instituto de Investigación Sanitaria La Fe de Valencia, en el que se está adiestrando a algunos perros para que sean capaces de identificar compuestos volátiles en la orina de pacientes con cáncer de próstata.


Es la primera de las fases del estudio emprendido para mejorar los sistemas de detección de este tipo de cáncer, en los que ahora se emplean técnicas invasivas como la biopsia. El fin de semana se dio a conocer en Calatayud la capacidad olfativa de estos animales, que pueden convertirse en aliados de investigadores y médicos.


Yuka ya ha demostrado sus progresos después de mucho entrenamiento y es el border collie con el que aprenderá ahora Marín. Este cachorro fue el último de sus hermanos en nacer y, como en sus primeros días no mamaba, su propietaria, Teresa Montesinos, le salvó la vida alimentándolo con biberón. Ahora lo ha cedido al CDOC y será miembro de la unidad canina que dirige Salvador López y que componen siete perros. Además de su capacidad olfativa –según López– es muy importante el carácter del perro y por eso se trabaja con ellos en distintos planos, no solo en el técnico sino también en su ‘animalidad’: "Esto significa que pueda expresarse mediante su personalidad, disfrutando de su trabajo", afirma el director.


El entrenamiento se lleva a cabo con muestras de orina provenientes de pacientes con una alta carga tumoral para que el animal pueda fijar y sea capaz de quedarse con la huella olorosa. Esas muestras contienen compuestos que proceden del metabolismo de las células cancerígenas. La potente capacidad olfativa de los perros, hasta cien millones mayor que la de los humanos, puede detectarlas. En una fase posterior, identificarán los compuestos en muestras de pacientes en los que el tumor es de mejor tamaño, lo que permitirá diagnosticar la enfermedad en casos en los que resulta complicado con una biopsia.


Natividad Sebastián, investigadora del Instituto Sanitario La Fe, afirma que estos animales son "compañeros de trabajo". "Nos están demostrando que pueden señalizar bastante bien todo lo que les enseña el entrenador", dice la doctora, que añade que el estudio está en una "etapa temprana". Se irán rebajando las sustancias de las células cancerígenas en la orina para ver hasta cuánto pueden llegar a detectar los integrantes de esta unidad.


En otros tipos de cáncer, como el de mama o pulmón, se han hecho investigaciones similares. Una vez comprobado que el olfato canino es aplicable a la detección del cáncer de próstata, se podría ampliar al de vejiga o de riñón, "donde es más fácil que las sustancias de las células pasen a la orina", indica Sebastián. Las muestras con las que se está entrenando a estos perros proceden del Instituto de La Fe y se trasladan al CDOC, localizado en la localidad valenciana de Navarrés, a una temperatura de menos de ochenta grados.


Salvador López convive en su casa con los perros. El centro es como su escuela. Con dos meses va a empezar a acudir a ella Marín, en una misión prometedora si se tiene en cuenta que Yuka, la alumna más aventajada, comenzó a los tres meses. Es algo novedoso que el perro se emplee en el medio sanitario, pero hasta que la investigación médica llegue a la atención clínica pueden pasar años. Antes hará falta la confirmación de otros grupos de investigación.


El análisis del antígeno prostático en sangre, el tacto rectal y la biopsia son las pruebas para diagnosticar el cáncer de próstata. En España se hacen más de 30.000 cada año, de las que 12.000 resultan positivas. Esta práctica podría reducirse con el apoyo de estos perros amaestrados.

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