​Aumenta la población de cigüeñas en Tarazona

Este año su comportamiento ha sido irregular, desaparecieron antes de comenzar el invierno pero regresaron poco después.

Más de treinta parejas anidan cada año en la ciudad.
?Aumenta la población de cigüeñas en Tarazona
N. B.

La cigüeña blanca forma parte del paisaje de Tarazona y cada año sigue aumentando el número de parejas que deciden anidar en la ciudad. Esta ave es una especie migratoria de larga distancia, pero hace ya muchas temporadas que afronta los inviernos turiasonenses.


Aunque este año su comportamiento ha sido irregular, y las aves desaparecieron durante algunas semanas previas al invierno para regresar poco después. “Aunque las hayamos dejado de ver durante un tiempo, están siempre muy cerca en el entorno del Valle del Ebro, alimentándose en regadíos y en vertederos”, indica Andrés Omeñaca, monitor medioambiental del Ayuntamiento de Tarazona.


La cigüeña es una zancuda que pesa una media de cuatro kilos, y con su envergadura de más de dos metros puede realizar desplazamientos importantes, “a lo mejor en un día puede recorrer 500 kilómetros”.


Se desconoce el motivo por el que algunas parejas deciden marcharse y otras quedarse. “Hay ejemplares que migran todos los años, haciendo un desplazamiento de 3.400 kilómetros desde el área de cría hasta el área de invernada por debajo del Sáhara, y hay otros que permanecen más o menos en el área de nidificación”, relata Omeñaca.


La búsqueda de alimento es lo que motiva la migración, porque “en invierno escasea”, pero si en las áreas de cría sigue habiendo comida en invierno “pues no se van”. “Hay más comida por el aumento de los regadíos, como en la zona de Bardenas que hay mucho regadío de arroz que antes no había, y sobre todo los vertederos, que hacen de comida rápida para estas aves”, explica el monitor medioambiental.


España alberga la tercera población más importante de Europa, después de Polonia y Ucrania. “En Tarazona aumenta cada año, el censo del año pasado lo teníamos en unos 31-33 nidos ocupados por parejas y cada una tiene diferente número de pollos”, indica el turiasonenses.


El primer censo de cigüeña blanca mundial se realizó en el año 1948 con más de 14.000 parejas. El segundo censo se realizó en 1994, aumentando el dato hasta más de 16.000 parejas. El sexto censo mundial se llevó a cabo en 2004, creciendo la cifra hasta más de 33.000 parejas. “Son parejas de por vida, primero llega el macho, se establece en el nido y lo ocupa. Lo defiende de otros machos jóvenes que no tienen nido, y luego llega la hembra y comienza la reproducción”, cuenta Omeñaca.


El aumento de nidos provoca situaciones peligrosas por su gran peso, ya que llegan a pesar hasta media tonelada, pero también tiene sus ventajas. “Crea mucha expectación el aumento de la población de aves, pero también es cierto que consumen cantidades enormes de pequeños animales, sobre todo insectos y micromamíferos, como roedores. Hace unos años hubo una explosión demográfica de topillos, y las cigüeñas se alimentaron de ellos ayudando a regular el número de ejemplares”, recuerda el monitor medioambiental.

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