Partos en casa

Unas 50 mujeres dan a luz en casa al año en Aragón

Las parejas que optan por esta opción -con la asistencia de matronas- destacan la intimidad, la seguridad y la tranquilidad.

Celeste, Sergio y su hijo Oroel, nacido en casa
Unas 50 mujeres dan a luz en casa al año en Aragón
P.F.

Hace un mes, Celeste se puso de parto. “Rompí aguas en casa. Me puse un poco nerviosa porque aún faltaban tres semanas para la fecha prevista. Llamamos a una matrona, que nos tranquilizó y vino a casa. Habíamos previsto que el parto fuera en casa, pero también estaba preparada por si había que ir al hospital. Enseguida empezaron las contracciones y vino una segunda matrona. Cada 15 o 20 minutos escuchaban al bebé. Mientras, yo me movía e iba buscando la mejor posición, con cojines o una pelota”, cuenta esta madre, en su piso de Zaragoza, junto a su marido, Sergio, y el pequeño Oroel en brazos.


El primer hijo de Celeste Viñas y Sergio Lara, Lorién, nació en el hospital hace cuatro años. “La experiencia fue buena, pero queríamos que el segundo parto fuera aún mejor, en nuestra casa, en nuestro ambiente”, cuentan. Y Celeste continúa su relato: “Me sentía muy segura y tranquila. Después de unas tres horas de contracciones, me entraron unas ganas tremendas de empujar. Me puse a cuatro patas y en cuatro o cinco pujos salió Oroel. No me dolió el expulsivo. Fue muy emocionante, muy bonito”. Sergio estuvo durante todo el parto acompañando y apoyando a Celeste. Y los primeros lloros de Oroel despertaron a Lorién, que asistió a la fase de alumbramiento de la placenta.


Unas 50 mujeres dan a luz en casa al año en Aragón, según estimaciones de las matronas que atienden estos partos. Cuatro matronas se dedican a asistir los partos domiciliarios en la Comunidad, además de varias 'doulas' (palabra griega que significa 'mujer que acompaña'). Y otras matronas se están formando para este trabajo. En España, en torno a un millar de mujeres paren en casa, según cálculos de Educer, un colectivo de profesionales dedicados a la preparación al parto y la crianza.

"La mujer manda"

“El parto de Celeste fue muy bonito y fácil. Ella lo hacía todo sola, a su ritmo. Y los demás le acompañábamos. La principal diferencia con un parto hospitalario es que en casa la mujer es la que manda. La matrona casi no interviene, solo controla al bebé cada cierto tiempo y acompaña a la madre. En el hospital hay muchas limitaciones arquitectónicas, físicas y de protocolo. El parto hospitalario es excesivamente medicalizado, cuando en la mayoría de los casos no es necesario”, afirma Raquel Luque, una de las dos matronas que asistió el parto de Celeste. Ella es matrona en excedencia en el hospital Miguel Servet y también ha dado a luz a su segundo hijo en casa. En los últimos años ha atendido medio centenar de partos domiciliarios.


Solo atendemos partos de bajo riesgo, en los que el embarazo haya transcurrido con normalidad, la madre tenga buen estado de salud y se produzcan entre la semana 37 y 42 de embarazo. Queremos lo mejor para la madre y el bebé. Y estamos preparadas para ir al hospital en el caso de que haya algún problema. El 13% de los partos que empiezan en casa acaban en el hospital. Lo más frecuente en estos casos es que el parto no avanza y hace falta una intervención médica”, explica Raquel.

Demanda de un parto más natural y respetuoso

Isabel Escartín es otra matrona zaragozana que lleva doce años atendiendo partos domiciliarios, siguiendo la estela de otra pionera, Anabel García Carabantes. “Hemos nacido por la demanda de la gente, que buscaba un parto más natural y respetuoso con la madre. Las mujeres que eligen parir en casa están, por lo general, muy informadas y preparadas, son muy responsables y quieren recibir a su hijo en su casa, en su nido. Suelen ser parejas con un nivel cultural alto”, destaca esta experta. Isabel, jubilada en el Servet, está formando a otras matronas que quieren dedicarse a los partos en casa. “Hay un interés creciente por estos partos. La gente nos conoce por el boca a boca”, subraya.


Sergio, el padre de Oroel, también vivió con mucha emoción el nacimiento de su hijo. “Parir en casa fue una decisión de Celeste que yo compartí. Fue muy bonito acompañarla durante todo el proceso. Los hospitales en España deberían adaptar sus protocolos de parto, y evitar el intervencionismo y la medicalización excesiva. En Holanda, por ejemplo, el 30% de las mujeres paren en casa. Y en otros países también hay casas de parto, que ofrecen un ambiente íntimo y relajado para dar a luz”, cuenta Sergio.

El debate de la seguridad

La seguridad de los partos en casa es motivo de polémica. La noticia sobre la muerte hace unos días de una mujer australiana defensora de los partos en casa, Caroline Lovell, ha reabierto el debate.


“No conocemos los detalles de su caso y no lo podemos valorar”, señalan Raquel Luque y Sergio Lara. “Si todo va bien, es igual de seguro parir en casa que en el hospital. Diversos estudios señalan que en partos de bajo riesgo la mortalidad maternal y neonatal es igual en casa que en el hospital. Además, parir en casa -con ayuda de profesionales- tiene una serie de ventajas añadidas, como menos hemorragias, menos infecciones, menos episiotomías, mejores puntuaciones en el test de Agbar, mejores tasas de lactancia y mayor satisfacción materna”, asegura Raquel Luque.


“Todavía hay mucha desinformación y tabúes en torno a este tema”, subraya Sergio. En 2010 fue muy discutido un estudio publicado por la Asociación Española de Pediatria que afirmaba que “El parto domiciliario triplica la mortalidad neonatal respecto al parto hospitalario”. “Después se demostró que el estudio tenía muchos errores y no se habían procesado bien los resultados”, apunta Sergio.


“El parto en casa debería ser una opción más. Las mujeres deberían parir donde se sientan más seguras, en el hospital con o sin epidural, o en casa de forma natural siempre que sea posible. Y las matronas estamos para acompañar a las mujeres en lo que quieran”, concluye Raquel Luque.