EDUCACIÓN

Una familia denuncia falta de equidad en el acceso a plazas de educación especial

Adrián tiene 9 puntos con los que competir para elegir colegio. Son tantos que podría entrar en cualquiera sin problemas. O no, porque según denuncia su familia, hay casos en los que la DGA ‘sacrifica’ el sistema de puntos por otros criterios. En concreto, cuando se trata de las plazas de educación especial. Sus padres han elevado una queja al Servicio Provincial de Educación y otra al Justicia insistiendo en que la DGA hace una interpretación de la normativa de escolarización que fomenta la desigualdad. En concreto, denuncian que el criterio que sigue Educación permite que un niño con más puntos tenga que ceder su plaza a otros que tienen menos solo por el hecho de que pertenecen al extrarradio.


En este caso concreto, Adrián ha conseguido 9 puntos por proximidad, familia numerosa especial (es trillizo) y discapacidad. Sus padres querían matricularlo en el colegio público de educación especial Jean Piaget, que está dentro de su zona de escolarización (la A) y visitaron el centro para informarse. Además, el horario del centro les permitía recoger a los tres niños sin problemas, ya que termina sus clases a las 16.30, y el otro al que irán sus hermanos lo hace a las 17.00.


El Jean Piaget solo ha sacado 4 plazas para este curso. El padre de Adrián, Carlos del Tiempo, denuncia que la dirección del colegio les advirtió de que el pequeño no tenía posibilidades de ser admitido, aunque fuera el chico con más puntos, porque las 4 plazas se iban a asignar a 4 chicos de localidades cercanas. «En el centro nos avisaron de que este año había ya cuatro niños, que tenían entre 6 y 8 puntos, que se trasladaban desde la periferia. Y_nos explicaron que lo normal era reservar plazas en los centros públicos, como el Piaget, dando preferencia a los niños de los municipios sobre los de la ciudad», asegura Carlos del Tiempo.


Temiendo que Adrián no lograra entrar en ningún colegio, decidieron echar instancia en el otro público de la zona, el Alborada, que tenía 10 plazas (existen otros tres concertados, San Germán -10 plazas-; Cedes -10 plazas- y Los Pueyos -14 plazas-). Fue admitido en el Alborada, pero sus padres luchan para que «se haga justicia», y se les de el colegio que por puntos les correspondería y que es el que mejor se adapta a sus necesidades. Ya han enviado dos reclamaciones al Servicio Provincial, insistiendo en que creen que la DGA se está amparando en una interpretación errónea de la ley, algo que tanto el colegio como el Ejecutivo rechazan.

La administración insiste en que debe ser la forma de actuar para poder salvaguardar el derecho de los niños de la periferia a recibir esta educación en plenas condiciones. Y dice que está obrando de acuerdo a la norma.Distintas interpretaciones

El artículo de la discordia, y en virtud del que tanto la familia como la DGA defienden sus posturas, figura en la orden del 11 de marzo con la que la consejera convocó el procedimiento de admisión de alumnos. En concreto, uno de sus puntos indica que «los alumnos de nueva escolarización procedentes de localidades que no cuenten con aula de educación especial serán asignados a los centros públicos que tengan organizadas rutas de transporte que incluya la localidad o zona de residencia del alumno».


Tanto el director del Jean Piaget como el servicio de admisión de alumnos insisten en que esto marca la pauta. «El proceso en educación especial es diferente. Los niños que vienen del extrarradio son asignados de oficio a los centros según las rutas escolares establecidas. Ellos tienen el inconveniente de que no pueden elegir centro, y la ventaja de que, si pertenecen a la zona asignada al colegio en cuestión, consiguen plaza sí o sí», explica el director del Jean Piaget, Jesús Fredes. Así, por ejemplo, los de pueblos del eje de la carretera de Madrid van al Alborada y los del eje del Gállego, al Piaget.

«El resto de padres de Zaragoza tienen la opción de elegir entre once centros diferentes», insisten. Además, desde la DGA_añaden que estos niños tienen unas características especiales, y que no solo se pueden valorar los puntos, sino cada caso. No obstante, los padres de Adrián mantienen que el texto solo contempla que se debe «asignar» plaza y no incluye taxativamente que se dé preferencia. Por eso, y según su criterio, se debe respetar el espíritu de la ley, que marca que «cuando no existan plazas suficientes, el proceso de admisión se regirá por los criterios prioritarios de existencia de hermanos (...), proximidad al domicilio o del lugar de trabajo de uno de los padres (...)», atendiendo a si se trata de familia numerosa y si existe alguna discapacidad.


Carlos del Tiempo cree que es inexcusable el derecho de los pequeños del extrarradio a la mejor atención posible, pero defiende que eso no puede afectar a los que no llegan de fuera, máxime en su caso, en el que deben compaginar dos colegios para tres niños con necesidades especiales. «Hay cuatro colegios públicos de este tipo en Zaragoza que pueden recibir a niños de fuera. Deberían asignarse a ellos, pero sin vulnerar las oportunidades de los demás según sus puntos», concluye.



Carlos y Belén, con sus trillizos: Hugo, Aroa y Adrián. maite santonja