La Universidad de Zaragoza se quedó en octubre fuera de la lista de campus de excelencia definida por el Gobierno central y con la que reconocía y ayudaba económicamente a los mejores proyectos planteados por instituciones académicas. Aragón perdió porque presentó una idea generalista que no profundizaba en la especialización, según la resolución enviada por el Ministerio de Educación. Madrid da ahora una segunda oportunidad a todas las universidades españolas y la de Zaragoza prepara sus mejores bazas.

En esta convocatoria apostará por un plan que potencia las que el Rectorado considera que son las fortalezas de la institución académica y que se concretan en tres ejes. El primero será el denominado materiales y tecnologías para la calidad de la vida. En él se agrupan dos áreas: tecnologías para la salud y energía y medioambiente. Es decir, se incluyen los proyectos de nanomedicina, biotecnología o energías renovables en los que la Universidad de Zaragoza es pionera y cuenta con buenos recursos.

La experiencia de institutos y centros de investigación como el de Nanociencia o el Circe contribuirán a dar peso a ese eje. Al igual que facultades como la de Veterinaria y organismos como el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) apoyarán la segunda línea estratégica que se basa en la agroalimentación y la nutrición.

El tercer eje se ha llamado 'Memoria, patrimonio e identidades' y se servirá del trabajo de investigadores de la Facultad de Filosofía y Letras, entre otros.

En estas líneas trabaja una comisión compuesta por el rector, tres vicerrectores y un coordinador de proceso. Este grupo deberá ver ahora cómo materializa en el proyecto la alianza con las universidades de La Rioja, Lérida y pública de Navarra.

Seguir las recomendaciones

En el nuevo proyecto, la Universidad de Zaragoza tendrá presentes las indicaciones que le dio el Ministerio en la anterior convocatoria. En ella, le concedió una mención de calidad por su planteamiento estratégico y también un reconocimiento a sus programas de investigación (I+D+i). Esta distinción venía acompañada de una inyección económica en torno a los 50.000 euros con la que se pretendía ayudar y animar a presentar otra idea en la siguiente convocatoria de campus de excelencia.

El Gobierno central reconoció también la propuesta vertebradora del territorio y la ambición de escalar posiciones entre las universidades españolas y europeas. No obstante, recordó a la institución que debía orientar las líneas de investigación a la demanda real del entorno empresarial y "profundizar en la diferenciación y especialización del campus en función de las fortalezas reales existentes más allá de la propuesta generalista presentada".