Vía Verde del Tarazonica: una ruta apta para cualquier época del año

El camino que hace años atravesara este tren, también conocido como "Escachamatas" por su lento circular, es ahora un recorrido cicloturista de 22 kms por espacios naturales, entre Tarazona y Tudela, uniendo el Ebro con el Moncayo, por la ribera del Queiles.

La Vía Verde del Tarazonica pasa por las antiguas estaciones y apeaderos de este ferrocarril.
La Vía Verde del Tarazonica pasa por las antiguas estaciones y apeaderos de este ferrocarril.
María Torres-Solanot

El 'Tarazonica' era un humilde tren que unía Tarazona con Tudela cuyo último convoy circuló en el año 1972 y poco después se levantaron los raíles y traviesas ferroviarias. Tanto ese cariñoso apodo dado por los habitantes de la zona, como el otro con el que se le conocía: "El Escachamatas", hacían referencia a la lentitud con la que la locomotora se desplazaba. El espacio que recorría se ha transformado y es en la actualidad, en una Vía Verde fácil de recorrer en bicicleta, que a lo largo de 22 kilómetros une el Ebro con el Moncayo, por las riberas del Queiles.

En la página web de Vías Verdes de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles se puede descargar el pdf con la ficha del itinerario, que en ese caso está orientado desde Tudela hacia Tarazona. En este artículo proponemos el sentido inverso, es decir, comenzar la ruta saliendo desde la ciudad aragonesa. Puede realizarse el recorrido completo de los 22 kms, o bien llegar hasta donde el tiempo, las fuerzas o las ganas nos lleven y regresar luego a Tarazona, dejando el resto del camino para mejor ocasión.

El trayecto cuenta con piso mixto, de asfalto y zahorra cubierta, y todo el recorrido se encuentra bien señalizado. La salida de Tarazona se realiza por la estación. El gran edificio que en su día fue lugar de tránsito de viajeros y mercancías es hoy es un centro cultural. Desde allí, y camino de Malón, nos encontramos con zonas de densa arboleda, que se combinan con huertas y frutales.

Tras unos seis kilómetros de marcha se llega a la explanada que iba a ser el apeadero de Vierlas, una infraestructura que se planificó pero nunca llegó a ser construida. Desde este punto de la ruta se puede optar por dos caminos para continuar el recorrido. Por un lado, se puede seguir lo que fue el recorrido del Tarazonica en sus últimos años, después de que Renfe creará un nuevo trazado de vías anchas en el año 1953, cuando lo compró a sus iniciales propietarios, la poderosa Compañía del Ferrocarril del Norte. Esta parte se realiza dentro de una especie de 'trinchera' de unos dos kilómetros. También se puede optar por usar la antigua vía estrecha que se encuentra a la derecha, un recorrido más sinuoso pero que, al estar situado en una cota más alta, permite disfrutar de las vistas del valle.

Conforme nos vamos acercando a Malón la ruta nos lleva de nuevo por espesas arboledas, una de ellas acondicionada como área de descanso. Se puede elegir reposar un poco o seguir camino hacia la localidad. Esta población, la última de la provincia de de Zaragoza antes de entrar en Navarra, se encuentra apoyada en un otero. En la cumbre se ubica una explanada, antigua plaza de armas de un castillo hoy desaparecido. Faltan las almenas, pero ofrece una buena perspectiva de la vega del Queiles.

Malón tuvo dos estaciones: una la usó el ferrocarril de vía estrecha y la otra, el de vía ancha. En esta última se han conservado los antiguos elementos de la explotación ferroviaria. Junto a uno de los muelles de la estación hay un área acondicionada para el descanso. Hasta aquí habremos recorrido siete kilómetros.

Si se desea continuar, Tulebras, ya en la comunidad navarra, es la siguiente parada. La senda sigue por línea recta durante varios kilómetros. La llegada a un puente nos indicará que nos encontramos apenas a 500 metros de la localidad. Desde este punto, volviendo la vista atrás se pueden ver los huertos y, sobre ellos, la imponente mole del Moncayo, nevado de noviembre a marzo.

En Tulebras, a pocos metros de la estación, junto a la carretera de Barillas, existe otra zona de descanso. De esta localidad destaca el Monasterio de Santa María de la Caridad, un cenobio de monjas trapenses que fue el primer convento cisterciense femenino de España, y que no ha dejado de estar habitado desde que se fundó en 1157. Este recinto está curiosamente ligado a la Vía Verde, ya que el edificio de la antigua estación de Tulebras está incorporado en el conjunto monacal, quedando sus andenes y porches abiertos al disfrute de los viajeros.

La Vía Verde continúa, siguiendo siempre de forma paralela la estela azul del Queiles. En apenas dos kilómetros se llega a Cascante, donde aguarda un área de descanso y en el que puede verse el curioso edificio de la antigua estación de tren de vía estrecha, situado en una cota más alta que el moderno.

De camino hacia Murchante se pasa por el despoblado Urzante, municipio que quedó sin habitantes a mediados del siglo XIX y del que sobreviven algunas ruinas.

Murchante es la siguiente etapa de la ruta , que conduce, por el recorrido de que ocupaban las vías hasta la estación, a dos kilómetros de distancia del casco urbano. Se puede tomar una respiro sin necesidad de salir de las instalaciones ferroviarias, en un espacio acondicionado en la antigua playa de vías.

La ruta prosigue en una línea casi recta teniendo ya Tudela como próximo objetivo. La vía nos llevará, tras cruzar por debajo de un camino rural y una autopista, hasta el Canal de Lodosa. A la derecha de este cauce de agua artificial queda otro Canal, el Imperial de Aragón. Se cruza un olivar y se atraviesa una pasarela sobre la carretera de Ablitas. Quedan solo 4 kilómetros para llegar a la ciudad navarra y aparece la última ocasión de descansar en una de las áreas de reposo de la vía. Un camino rural sigue el sendero que marcó en su día el Tarazonica en su época de vía estrecha.

Este último tramo se realiza entre un paisaje de huertas como el que ha marcado buena parte del recorrido y nos lleva hasta las calles de Tudela, donde una de las antiguas locomotoras de vapor que formaron parte de la cohorte del Tarazonica se expone ahora en medio de un canal de agua, y nos lleva, por un carril bici, hasta la actual estación. Y con esto se llega al fin del trayecto.

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