Paseo por el Aguallueve y el castillo de Anento

Esta ruta para hacer con la familia,  lleva al caminante por los alrededores del encantador pueblo de Anento, le acerca al singular manantial del Aguallueve, los restos de una torre celtíbera y el castillo medieval.

Croquis ruta Aguallueve.
Croquis ruta Aguallueve.
Cartografía Prames

La extensa llanura del Campo de Romanos se recorta magníficamente en el horizonte del valle del río Jiloca. Ramblas y arroyos afluentes han formado una serie de pequeñas cabeceras, que hienden la llanura mencionada como si se tratara de colosales hemiciclos. Y en uno de ellos se encuentra el Aguallueve de Anento, un singular paraje natural que sorprenderá gratamente al excursionista.

Anento se encuentra al pie del escarpado reborde del Campo de Romanos, a 923 m de altitud. Situado en la solana de su castillo medieval, el pueblo atesora un cuidado casco urbano en el que sobresale la monumental iglesia de San Blas, una joya románico-gótica (siglos XIII-XIV), declarada Bien de Interés Cultural. Su interior conserva restos de pinturas murales y un fantástico retablo gótico, único en Aragón, junto a otras obras. Hay que concertar visita en la oficina de turismo (teléfono 687 07 99 38).

Para que el visitante se haga una composición de lugar se recomienda ascender al castillo de Anento. Para ello se toma la calle de Santa Bárbara, justo a la entrada de la carretera en el pueblo. La calle conduce a una escalinata, recientemente acondicionada, que trepa por una vistosa ladera en la que las arcillas y margas rojizas dibujan caprichosas formas de erosión. A 980 m de altitud se encuentran los restos del castillo que, en 1357, no se rindió ante el asedio de las tropas castellanas durante la guerra de los Dos Pedros. Además de las buenas panorámicas que ofrece su emplazamiento, el castillo está rodeado por un pinar y dispone de un merendero y una curiosa fuente que mana de un pino.

De vuelta al pueblo, situarse junto a su parque y salir por la calle de Valenzuela Soler y luego la calle de la Acequia (con un interesante caserón), entre el casco urbano y los diminutos huertos ribereños. La ruta del Aguallueve está perfectamente señalizada con indicadores de madera y pronto, tras una bifurcación, que también permite alcanzar el castillo, llega a un merendero y a una fuente. A continuación, en un nuevo cruce, hay que seguir a la izquierda.

El camino es de muy buen firme y tiene poca pendiente. Su agradable caminar también está protegido por nogueras, olmos y chopos sobre los que trepan tupidas hiedras. Sobre los farallones de la otra vertiente del valle se perciben los restos de la torre celtíbera que puede ser la siguiente visita de este paseo.

Foto de Anento
Aguallueve de Anento
Laura Uranga

Manantiales en Anento que resbalan

Desde Anento, en menos de 20 minutos se alcanza la balsa o pequeño embalse que recoge las aguas de los manantiales o aguallueves, cuyo llamativo nombre responde a la forma en cómo escurre el líquido elemento, por todas partes, como si de una precipitación se tratase. Los manantiales resbalan sobre las tobas que ha dejado el agua cargada de carbonatos, formando bellísimas columnas y oquedades colonizadas por mentas, juncos, musgos y unos característicos helechos fontinales llamados culantrillos de pozo. Este precioso rincón, pleno de humedad, es el lugar donde nace la rambla de Anento.

Por encima de la balsa y de los manantiales, el camino cambia de vertiente y supera los acantilados calcáreos por unas empinadas escaleras. Una vez superadas, se sigue el borde de la plataforma cimera hasta los vestigios de una torre celtíbera, situada a 1.004 m de altitud, junto a restos de parideras para el ganado. Casi frente por frente, las ruinas de la Antigüedad y las del Medioevo (castillo de Anento) atestiguan la importancia que tenía controlar este valle y sus vías de comunicación. Un visible y marcado camino desciende en zigzag, burlando los escarpes, hacia el pueblo. Poco antes de entrar en Anento, el excursionista todavía podrá disfrutar de la cuidada vega que riegan los aguallueves de Anento.

Tipo de recorrido: circular.

Horario: 1 h 30 minutos, completo sin paradas.

Dificultad: baja.

Desnivel +/-: 150 m.

Época recomendada: todas.

Alternativas: se pueden obviar las subidas al castillo y a la torre celtíbera, haciendo camino de ida y vuelta al Aguallueve o circular por el sendero de la rambla, ambos aptos para mayores e idóneos para realizar con niños.

Acceso: a 95 km de Zaragoza y 100 km de Teruel por la autovía Mudéjar A-23 hasta la salida de Lechón y desde allí por la CV-927.

Oficina de Turismo de Anento: teléfono 687 07 99 38; se recomienda llamar previamente para concertar visita guiada y poder acceder al interior de la iglesia parroquial.

Texto adaptado de: '150 paseos en familia por Aragón', VV. AA., 4ª edición 2016, Prames.

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