Una copa de vino bajo las estrellas

Una copa de vino entre amigos, jazz en directo en medio de la naturaleza, un cielo estrellado en el que ver cómo va cayendo la lluvia de meteoros conocida como perseidas o lágrimas de San Lorenzo y telescopios para observar mejor todos los fenómenos de la bóveda celeste. Es lo que pudieron vivir las setenta personas que disfrutaron de la actividad ‘Perseidas entre viñedos’, finalista del premio Mejor Experiencia Turística de Aragón 2017, entregado por la DGA el pasado 20 de diciembre.

Se trata de una iniciativa puesta en marcha por Bodegas Gabarda, de Longares, como «una nueva forma de enoturismo, dar al cliente la oportunidad de disfrutar de algo más allá de las catas y las visitas a la bodega que realizamos cada fin de semana», dice Jorge Alfaro, responsable de márquetin y enoturismo de Bodegas Gabarda.

«A los que somos turistas de vinos nos gusta probar cosas diferentes –afirma Alfaro–. En este caso queríamos dejar en segundo plano la degustación y centrarnos en la experiencia, aprovechando la noche mágica de las perseidas, que es algo que se da una vez al año, aunque esta experiencia se podría realizar en cualquier noche despejada», explica el responsable de márquetin.

Bus del vino

Los participantes llegaron «en autobús desde Zaragoza, con sus 55 plazas cubiertas, más otros quince que vinieron en coche desde los alrededores» dice Alfaro, a unos viñedos de la bodega en los términos de Cariñena y Cosuenda. Allí fueron recibidos con una introducción sobre las vides y sus virtudes, y sobre los cuatro vinos que se iban a servir a lo largo de la velada, que comenzó a las nueve de la noche y se extendió hasta la una de la madrugada.

Acompañaba esta degustación enológica la música en directo de un dúo que ofreció diversas piezas de jazz y soul. «Escuchar esas canciones en vivo, en la oscuridad de la noche y en ese ambiente de calma en medio del campo fue sin duda muy especial para todos», señala Alfaro.

Eran también las condiciones idóneas para la observación de las estrellas. «Contamos con la colaboración de la asociación astronómica de Zaragoza Ventana Estelar, que trajo dos telescopios que los participantes podían utilizar para observar el cielo nocturno», explica el responsable de márquetin, quien anuncia que «por supuesto que este año vamos a repetir de nuevo esta experiencia con las perseidas, y queremos extenderla a otras noches, dado que en el campo disfrutamos de condiciones de baja contaminación lumínica, y cualquier velada con cielo despejado puede ser perfecta para este tipo de experiencias turísticas».

Más enoturismo

Desde Bodega Gabarda afirman su intención de incrementar estas actividades diferentes de enoturismo: «Nuestra idea es organizar al menos dos o tres eventos distintos al año, además de mantener las visitas a la bodega y la catas en fin de semana», dice Alfaro, quien ve un interés creciente en el enoturismo por parte del público: «La gente está volviendo a beber vino, y además quiere saber más sobre lo que bebe; el público que viene a nuestra bodega recibe una explicación de la elaboración de los vinos desde que la uva entra en las instalaciones hasta que sale el vino embotellado, y también hacemos recorridos por los viñedos que tienen mucho éxito». Bodegas Gabarda nace de la empresa familiar Bodegas Ignacio Marín, fundada en 1903, y que actualmente se encuentra regentada por la tercera y cuarta generación.

Ruta del Vino Campo de Cariñena

«No hubiéramos podido llevar a cabo esta experiencia sin la colaboración de la Ruta del Vino Campo de Cariñena», afirma Jorge Alfaro, para la que utilizaron este servicio de autobús que se desarrolla desde la comarca. Este servicio ofrece rutas a lo largo de todo el año y evita a los participantes tener que coger el coche. La cercanía a la ciudad de Zaragoza, apenas media hora de carretera, hace que «la mayoría de nuestros visitantes provengan de la capital; en general, todos nuestros turistas son aragoneses», explica Alfaro.

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