Pautas para hacer más seguras las salidas al monte con niños

Estos consejos están pensados para actividades con niños medianamente autónomos (bebés y niños que tienen que ser porteados requieren otros específicos). Empezaremos por el principio, la planificación de la actividad, que escogeremos teniendo en cuenta la edad, experiencia en caminar y motivación de los menores, buscando rutas interesantes para ellos.

Calcula distancias, desniveles y horarios, añadiendo un amplio margen de tiempo para paradas y descansos extra. Sal solo si hay una buena previsión meteorológica, y deja dicho adónde vais y cuándo tenéis previsto volver, para que alguien esté pendiente de vuestro regreso. Hay que implicar a los pequeños en la preparación de la salida para motivarles y para que aprendan a preparar excursiones de manera segura.

Ahora toca equipar las mochilas bajo el lema ‘¡Al monte todos con mochila!’. Enséñales que cada uno debe llevar su material (aunque tú lleves una parte). Vestirse adecuadamente es muy importante: ropa de abrigo, calzado de montaña, cortavientos, gorra y protección solar no pueden faltar. Los niños crecen muy deprisa, así que ¡comprueba las tallas antes de salir!

En media montaña, prevé un extra de ropa para los menores, incluso gorro y guantes, para afrontar cualquier cambio brusco de las condiciones meteorológicas. Como siempre, añade a la mochila un buen mapa, brújula, GPS si lo tienes, botiquín y móvil con la batería cargada y cargador adicional. Si es posible, averigua antes si en la zona por la que te vas a mover habrá cobertura o cuáles son los lugares más cercanos desde los que poder dar un aviso al 112.

Implicar y educar

Haz que los peques se sientan partícipes y deja que lleven parte del material, el mapa, por ejemplo. Cuéntales lo que pensáis hacer y déjales muy claro que la meta es disfrutar, que no pasa nada si no llegamos al destino previsto, la montaña siempre estará ahí esperándonos.

Los pequeños van a reclamar continuamente tu atención, así que es importante que en el grupo haya una buena ratio adultos/menores.

No te confíes a las fuentes y lleva siempre el agua que vayas a necesitar. Añade comida ‘reponedora’ y que pueda comerse cada poco tiempo si es necesario. Prepara todo el día anterior, así ganarás tiempo por la mañana y evitarás los olvidos de las prisas. Que no te pese llenar un poco más tu mochila: añade lupas, prismáticos, guías de naturaleza…, lo que se te ocurra para hacer más amena la salida a los pequeños.

Madruga, así enseñarás que a la montaña hay que ir pronto, para evitar caminar en las horas de mayor calor, aprovechar las horas de luz y tener un mayor margen de maniobra ante posibles complicaciones. Una vez en marcha, asegúrate cada cierto tiempo de que los pequeños van bien y disfrutan. Si muestran cansancio, acortaremos la excursión.

Nunca dividiremos al grupo, nos mantendremos todos juntos: así aprenderán que lo importante no es alcanzar una meta sino disfrutar. Prestaremos especial atención a los cambios meteorológicos para actuar con rapidez y evitar incomodidades a los más pequeños.

Es muy importante no ponerse nervioso si vemos que nuestras previsiones de horarios y planes no se cumplen. Haremos cuantas paradas nos demanden, dejando que sea su estado y sus motivaciones los que marquen el ritmo. Igualmente, tomaremos las decisiones contando con su opinión y su participación, enseñándoles a razonar y a comprender que lo que debe guiarnos siempre es la seguridad y el bienestar del grupo. Procuraremos otorgar a los pequeños parte de la iniciativa, dejarles que jueguen a ser montañeros, hacerles disfrutar aprendiendo a practicar una montaña segura. Más información y consejos en www.montanasegura.com.

Más información en el Suplemento Aragón, un país entre montañas