Cuatro destinos especiales para visitar en primavera
El frío se marcha, los días se alargan y llegan las lluvias y el deshielo. La naturaleza despierta y muchos enclaves aragoneses ofrecen un aspecto especial durante la primavera que no vuelve a repetirse el resto del año.
La llegada de la primavera hace que algunos destinos del territorio aragonés ofrezcan facetas distintas de las que muestran el resto del año. Proponemos cuatro enclaves con gran atractivo turístico, que tienen además un interés especial en esta época del año. Los recursos propuestos son fácilmente accesibles en su generalidad y pueden recorrerse a lo largo de una jornada.
Almendros en flor en Tarazona y el Moncayo
En la Comarca de Tarazona y el Moncayo, la floración de los almendros ha dejado imágenes de enorme belleza que todavía puede disfrutarse durante unos días.
Hay muchas zonas en la comarca de Tarazona y el Moncayo donde pueden verse hermosos paisajes de almendros en flor. Una ruta muy sencilla pasa por la de la Dehesa de Tarazona. El camino sale del barrio de Tórtoles y se puede recorrer en un agradable paseo ya que se trata de una vía asfaltada.
Pozo de los Aines. Esta sima de la cercana localidad de Grisel es un espacio único. La humedad favorece un vegetación de helechos singulares como el culantrillo de pozo, o de árboles como el almez, que ya veneraban los celtas.
Parque Natural del Moncayo. En el Centro de Interpretación de Agramonte encontraremos información sobre las rutas para recorrer el parque. Sus zonas de bosque húmedo, como los hayedos y abedulares, son una buena elección.
Mezquita de Tórtoles. El barrio de Tórtoles, en Tarazona, cuenta con su recién recuperada mezquita, del siglo XV, cuya techumbre posee la mejor decoración pictórica de las escasas mezquitas que se conservan en España.
Casco urbano. El casco urbano de Tarazona merece una visita en cualquier momento, especialmente su catedral gótico-renacentista de Santa María de Huerta, el barrio de la Judería, el Palacio Episcopal o la Plaza de Toros vieja.
La catedral de Nuestra Señora de Huerta de Tarazona, declarada Bien de Interés Cultural en 2002, es un ejemplo magnífico de arquitectura religiosa renacentista en Aragón. Su construcción se inició en el s. XIII siguiendo el gótico francés, pero la obra se alargó tanto que en el siglo XV se añadieron los elementos mudéjares, como la decoración de la torre, y en el XVI el interior del templo se renovó según la estética renacentista. Está abierta al público durante los fines de semana y en visitas concertadas. (976 640 074. turismo@tarazona.es).
Cascadas del Sobrarbe
La subida de temperaturas propiciada por la llegada de la primavera ha traído el deshielo a las zonas nevadas de la comarca de Sobrarbe, y dando lugar a hermosas cascadas. El Sorrosal, junto a la localidad de Broto, es de fácil acceso por un cómodo sendero que, en apenas 5 minutos, lleva hasta los pies de este salto de agua. Los más atrevidos pueden seguir la vía ferrata que sube hasta el inicio de la cascada.
Pineta. En el valle de Pineta se localizan otras cataratas espectaculares como la de La Larri.
Mirador del Pueyo. Desde sus 1.100 m de altitud se ve al sur todo el valle de Broto, con su típico modelado glaciar, y al norte, la entrada al valle de Ordesa.
San Victorián. Al cobijo de la Peña Montañesa, este monasterio fue durante siglos el dinamizador de la comarca. Está considerado como el más antiguo de España, ya que su origen lo sitúa en la época visigoda, en el siglo VI. El pasado 2 de marzo volvió a abrirse a las visitas. Cerca de allí se encuentra el eremitorio de la Espelunga, excavado en tierra, donde el santo se retiraba a rezar.
Geoparque. A pie de carretera, 13 lugares de especial interés donde un panel explicativo muestra alguna peculiaridad geológica de la zona.
Turberas o gotiales, en Orihuela del Tremedal
Orihuela del Tremedal, en la turolense serranía de Albarracín, es un destino apropiado para cualquier época del año. Sin embargo, la temporada primaveral en la que ahora nos encontramos ofrece las condiciones ideales para disfrutar de uno de sus paisajes más singulares: los tremedales que dan nombre a la localidad. Ubicados en zonas boscosas de pino o haya, se trata de terrenos de un sustrato ácido que permanecen encharcados. En ellos florecen los musgos, cuyos resto vegetales, producen la formación de turba, dando al suelo esa textura esponjosa y abultada que, al andar por encima semeja un temblor de tierra. La nevada caída hace 20 días ha proporcionado el agua necesaria para que el fenómeno de los tremedales se muestre con total intensidad.
Ríos de piedra. Este fenómeno preglaciar se ha ido formando a lo largo de millones de años. Desde Orihuela, por la carretera a Noguera, sale un recorrido que nos lleva hasta una de estas formaciones.
Desmogue y micología. El desmogue, o renovación de cornamenta de los ciervos, y la recogida de setas, propios de esta época, ofrecen una divertida actividad para salir al monte (visitas guiadas en la Oficina de Turismo: 978 714 248).
Miradores. El de la Portera (Reserva de Caza Montes Universales) ofrece una de las mejores vistas de la sierra de Albarracín. Se está acabando otro en la cima del Caimodorro (1.950 m), su pico más alto.
Las Saladas de Sástago y Bujaraloz
Por otra parte, la primavera ofrece una visión especial de un ecosistema de aridez tan extrema como son las Saladas de Sástago y Bujaraloz, donde ahora puede verse alguna lámina de agua. Empieza la floración, los líquenes están inflados a causa de que ahora tienen más agua y hay un mejor color.
Antiguo vestigio del mar que hace millones de años cubría este espacio, las Saladas de Bujaraloz y Sástago son un complejo lagunar con 26 cubetas, el más extenso de Europa. Conviene sobre todo visitar la Salada Grande, donde se encuentran los paneles explicativos que permiten comprender mejor este ecosistema. Desde allí sale la ruta para recorrer este espacio.
Flora y fauna. En las saladas habitan microorganismos de hace cinco millones de años como el limoniun entre los vegetales y la artemia salina entre los invertebrados. Hábitat de avutardas, lagarto ocelado y lirón careto.
Farlete y Monegrillo. Estos municipios cercanos ofrecen un paisaje de dehesa salpicado de sabinas único en España. De Monegrillo sale una ruta señalizada a San Caprasio y su espectacular panorámica de la zona.
Cernícalo primilla. Este el momento de ver, por las masías de la carretera Caspe-Sástago, a las poblaciones de este pequeño halcón, que acaban de llegar de África y andan en los cortejos de apareamiento.
Meandros del Ebro. En Escatrón, el mirador del Tozal ofrecen espléndidas vistas de los meandros del Ebro en este tramo, serpenteando entre la orla verde de los sotos.