Renovada la institución medieval que gobernaría si sucediera una catástrofe

Las seis parejas que regirían la capital en caso de que una mortandad diezmara el Consistorio desfilan al pie del Torico.

Procesión del Seisado y Santa Emerenciana en Teruel.
Procesión del Seisado y Santa Emerenciana en Teruel.
Antonio García

El gobierno de la ciudad de Teruel está garantizado aunque se produzca una catástrofe que diezme el Ayuntamiento. Como establece una tradición del siglo XV asociada a la patrona de la capital turolense, Santa Emerenciana, el alcalde, Manuel Blasco, nombró ayer a los seis matrimonios del Seisado.


Se trata de parejas de la capital casadas por la Iglesia en el último año que, "en caso de una guerra, peste o enfermedad" que aniquile a la Corporación municipal, tomarían las riendas del municipio.


Afortunadamente, esta institución establecida en 1487 nunca ha tenido que asumir sus funciones.


La tradición, una de las más singulares de la ciudad, se renovó con la proclamación de las parejas que forman el Seisado hasta las fiestas del Ángel de 2015 y con la posterior procesión por el centro urbano. A pesar del calor sofocante, miles de turolenses vieron pasar la comitiva cívico-religiosa por la plaza del Torico, aunque todos se agruparon, sin apenas excepciones, a la sombra de los porches.


La procesión la abría la concejala Raquel Valenzuela -la tradición manda que el último edil que se haya casado formará parte del Seisado, del que, además, será abanderado- y seguían el resto de seises.


Valenzuela, que repite por segundo año consecutivo como abanderada acompañada de su marido, Luis Antonio Marco, se mostró reconfortada con su papel porque le permite colaborar a mantener viva una tradición local. La concejala se declaró "orgullosa" de pertenecer al Seisado, "una experiencia única en la vida".


El Seisado se completó con los matrimonios formados por Javier Lizaga y Almudena Llorente, Ángel Uceda y Palomar Benítez, Miguel Ángel Gorbe y María Martín, Pedro García y Verónica Casteleiro y Pedro Górriz y Ana González.


Tras ellos, seguían en la procesión, la imagen de Santa Emerenciana -este año se cumple el 400 años de su fundición por un orfebre zaragozano- sobre una peana portada por 17 costaleros y la Corporación municipal precedida de una engalanada escolta de alguaciles y maceros. Cerraba la marcha la banda de música de Santa Cecilia.


Entre la ausencias, destacó la del grupo municipal de Ganar Teruel, cuyos tres concejales han manifestado su apuesta decidida por la laicidad de la Administración pública. El concejal de CHA, Paco Martín, asistió a la proclamación del Seisado pero se ausentó de la procesión. Manuel Blasco afirmó que la pervivencia durante siete siglos de esta costumbre evidencia que los turolenses son "unos amantes tozudos de sus tradiciones".


Paloma Benítez, uno de los seises de 2015, se mostró ilusionada por representar a la ciudad en una de sus tradiciones más antiguas.


Explicó que toma el relevo de otros familiares que asumieron esta función. Reconoció que personificar una seña de identidad de Teruel impone "un poco de respeto". Otra seise, Ana González, se consideró privilegiada porque "no todo el mundo puede decir que ha formado parte del Seisado". Paco Gómez, encargado cada año de seleccionar a los seis matrimonios de la histórica institución, aseguró que ya tiene pensado el relevo para 2016.

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