Las barreras arquitectónicas del Centro de Salud de la Glorieta desaparecerán tras la reforma

El edificio turolense será ampliando y reformado en los primeros meses de este año.

El acceso principal al centro de salud se realizará por el parque de la Glorieta, en la foto.
Las barreras arquitectónicas del Centro de Salud de la Glorieta desaparecerán tras la reforma
Jorge Escudero

Los problemas de acceso que registra el centro de salud de la Glorieta de la capital turolense podrían estar llegando a su fin si se cumplen las previsiones del Gobierno aragonés de ampliar y reformar este edificio en los primeros meses de este año.


Un acuerdo entre la Tesorería General de la Seguridad Social y la DGA permitirá a esta última incorporar al centro de salud la planta calle del edificio y trasladar a este nivel tanto el acceso como la planta principal, lo que facilitará la entrada de ancianos y padres con bebés, que son quienes más sufren la existencia de barreras arquitectónicas. Así, los usuarios entrarán por el parque de La Glorieta.


Ahora, el acceso principal se realiza por la calle Miguel Vallés mediante escaleras o rampa. En el interior del inmueble hay un ascensor, pero es muy pequeño y lo utilizan tanto los pacientes y sanitarios como el personal que trabaja en los distintos servicios administrativos que están ubicados en el mismo edificio. La existencia de barreras arquitectónicas ha sido denunciada en numerosas ocasiones por sindicatos médicos y asociaciones vecinales del Centro Histórico de Teruel.


Fuentes médicas indicaron que las obras permitirán agrandar las consultas -ahora muy pequeñas- y dotarlas de salas de espera en buenas condiciones. Actualmente hay pacientes que esperan su turno en un estrecho pasillo. Con la reforma, el centro de salud podría ganar alrededor de 500 metros cuadrados de superficie.


La ampliación del ambulatorio no comportará, sin embargo, la creación de nuevas consultas ni el aumento de la plantilla de médicos, fijada ahora en 14 facultativos. “La mejora de la accesibilidad, el recrecimiento de muchos espacios y la modernización del edificio, que no se construyó pensando en que fuera utilizado como centro de salud, serán las principales ventajas”, subrayaron las mismas fuentes médicas.


La incorporación de una planta más permitirá asimismo que se traslade al edificio la Gerencia del Salud, que desde hace 15 años ocupa un local en el barrio del Ensanche por el que el Gobierno aragonés paga un alquiler mensual de casi 6.000 euros. Probablemente este servicio administrativo ocupe el tercer piso del inmueble.