La exhibición de ganado vacuno, el toro embolado y la comida popular fueron los principales actos de los que disfrutaron ayer los vecinos de Villel. La jornada comenzó con una misa y una procesión en honor a Santa Otilia, una de las patronas del municipio. Tras estos solemnes actos, los ‘clavarios’, nombre que reciben los matrimonios jóvenes del pueblo que llevan al menos un año casados, repartieron pastas y refrescos a todos los asistentes en la plaza Mayor. 

Por la tarde, vecinos y visitantes vivieron una jornada de convivencia en la plaza gracias a la comida popular. Tras ella, jóvenes y mayores se dirigieron a la exhibición vacuna, donde solo participaron los más valientes. Por la noche, el toro embolado de la ganadería Oreo Lecris hizo las delicias de los aficionados. El grupo de emboladores ‘Mudéjar’ de Teruel y los jóvenes de la propia localidad fueron los encargados de sujetar al astado y encender las bolas de fuego colocadas en sus cuernos. Tras el espectáculo, jóvenes y mayores bailaron en la macrodiscomóvil hasta altas horas de la madrugada.  

Tras cuatro días de intensa actividad, las fiestas patronales terminarán hoy con una misa en honor a San Roque, un vino español, una fiesta de disfraces para niños y para adultos, la verbena y la entrega de trofeos de todas las competiciones realizadas.