Los 244 desalojados por el incendio en Alcañiz vuelven a casa y calculan cuantiosas pérdidas

El fuego arrasó dos viviendas y una nave situadas en la carretera de acceso desde Zaragoza.
El Seprona y la Policía Judicial investigan las causas del siniestro que se inició el viernes en una finca rústica

Estado en que ha quedado el garaje de una de las viviendas afectadas por el fuego.
Los 244 desalojados por el incendio en Alcañiz vuelven a casa y calculan cuantiosas pérdidas
Emma Zafón

 La principal arteria de acceso a Alcañiz desde Zaragoza se despertó ayer con la resaca del mayor susto vivido por los vecinos en los últimos años. Y con el disgusto y el temor del incendio y del humo que aún seguía presente en las gargantas de más de 200 afectados. La ciudad recuperaba la normalidad tras el peor incendio urbano que se recuerda y que se inició el viernes por la tarde en una finca rústica próxima a varias naves industriales y comerciales de la avenida Zaragoza. Rápidamente, las llamas se propagaron a una empresa de distribución de bebidas, cuyos barriles de cerveza almacenados actuaron de proyectiles que expandieron el fuego a dos puntos más: el Cabezo de Caolines y el barrio de Capuchinos. Los ocupantes de las casas cercanas tuvieron que ser desalojados, así como los ancianos de la residencia del Santo Ángel, que pudieron regresar al centro durante el día de ayer. En total, 244 personas abandonaron sus casas y 67 de ellas fueron reubicadas entre las viviendas tuteladas del Ayuntamiento y los dos colegios.


Ayer se confirmó el alcance de los daños ocasionados por el fuego al tiempo que empezaba la investigación del Seprona y la Policía Judicial para esclarecer las causas del incendio. Los agentes no avanzaron nada al respecto pero no se descarta ninguna hipótesis. En las redes sociales se suceden comentarios sobre si el fuego se originó en una quema ilegal de rastrojos o a raíz de la chispa de una soldadura. 


 El Ayuntamiento de la localidad ya ha confirmado que el incendio quemó dos viviendas y el almacén de la distribuidora de bebidas, así como originó daños en parte de la estructura de otros edificios. La cocina del restaurante Senante, una nave llena de neumáticos de una empresa de recambios y la pared de un negocio de rotulación se vieron afectados por las llamas. Precisamente, el Consistorio ha puesto a disposición de las empresas afectadas locales en el polígono Las Horcas, en la carretera nacional hacia Castellón, para que puedan retomar su actividad lo antes posible. La distribuidora de bebidas ya ha anunciado que el lunes trabajará con normalidad desde su nueva ubicación. Fuentes cercanas a la empresa corroboraron que solo se han «salvado» los ordenadores de las oficinas y que tanto la estructura como toda la bebida fueron pasto de las llamas. 


Tampoco escaparon al fuego varios metros del tendido eléctrico en la calle del Camino de La Estanca ni decenas de huertos y naves agrícolas próximas al casco urbano de Alcañiz. La vivienda de Eliseo Abizanda, aledaña a la nave de neumáticos que ardió en la tarde del viernes, permaneció sin luz durante el día de ayer. Su padre, ya anciano, fue uno de los vecinos que tuvieron que ser desalojados por los bomberos y la Guardia Civil. Al tener movilidad reducida, el hombre no pudo salir de su casa hasta que no llegaron los agentes. «Salí de mi trabajo rápidamente pero no me dejaron acceder a casa, así que esperé a que la Guardia Civil pudiese sacar a mi padre. Luego lo llevaron al hospital, donde le dieron oxígeno porque había inhalado mucho humo», relató Eliseo. 


El centro sanitario alcañizano fue otro de los núcleos de la actuación de emergencia activada durante la noche del viernes. Los médicos atendieron a ancianos y vecinos con dificultades que no habían podido salir de sus casas por su propio pie. Los principales problemas se registraron en aquellos que habían inhalado humo pero todos fueron abandonando el hospital entre la noche del viernes y la mañana de ayer. Desde el Ayuntamiento han agradecido la colaboración de vecinos y profesionales que se volcaron en ayudar durante los momentos más tensos del incendio. 


Ejemplo de la solidaridad que se vivió el viernes por la tarde son casos como el de David Gimeno y su padre Francisco, ambos vecinos del barrio de Capuchinos que no dudaron en prestar ayuda para desalojar a los ancianos del Santo Ángel. «Vimos la humareda y rápidamente nos trasladamos hasta la residencia. Allí ayudamos a trasladar a los residentes y apagar el fuego con lo que teníamos», explicó el joven. En manos de los seguros

Tanto la valoración de los daños como la reconstrucción de naves y viviendas queda ya en manos de los seguros. El Ayuntamiento ha desconvocado la reunión que había anunciado que celebraría a lo largo de la semana porque ya no les compete valorar nada. «Ahora está todo en manos de las compañías de seguros», según el primer edil, Juan Carlos Gracia. Tras la valoración de daños, el alcalde reconoció que había sido «un auténtico milagro que ninguna persona resultara herida».