Los payasos inundan de risas infantiles la plaza del Arrabal


Niños y padres disfrutaron ayer de un espectáculo de clown en el que hubo canciones y mucho humor

Un momento de la actuación de los payasos en el barrio del Arrabal.
Los payasos inundan de risas infantiles la plaza del Arrabal
Jorge Escudero

Con sus amplias chaquetas a cuadros de colores, sus pantalones cinco tallas más grandes y sus zapatos kilométricos, los payasos Kiny y Serrucho se metieron ayer tarde a los niños en el bolsillo. Fue en la plaza Mayor del Arrabal, un barrio de la capital turolense que conserva todavía un sabor tradicional, con sus calles laberínticas, sus casas de arquitectura popular y sus fuentes públicas. 


En este escenario secular y tranquilo, el pequeño entarimado en el que iban a actuar los dos payasos y las cortinas de fantasía por las que finalmente aparecieron encajaban como anillo al dedo. Una alfombra de niños de varias edades esperaba a los dos personajes desde hacía casi media hora y estalló de júbilo en cuanto los vio.  Diálogos disparatados

Kiny y Serrucho, que se repartieron los papeles de listo y tonto –este último acabó demostrando al público que era más inteligente que su compañero–, hicieron cantar a los niños y arrancaron de ellos continuas carcajadas con sus diálogos disparatados y sus juegos de palabras. La actividad, a cargo del Taller de Ocio y Tiempo Libre de la asociación municipal Urban, fue seguida por decenas de padres, niños y abuelos que combatían el sol con sombreros y botellines de agua.   


«Los niños son siempre el mejor público, saben disfrutar como nadie de las fiestas», aseguraba una mujer que formaba parte del público, Pilar Alfonso. A su lado, dos pequeños de no más de cinco años reían sin parar. «A mí lo que más me gusta son sus zapatos», dijo uno de ellos.