Aparecen veintidós artefactos explosivos de la Guerra Civil en el barrio de Villalba Baja

Las granadas y proyectiles, conservados en buen estado, habían sido recogidos por vecinos de la zona

Teodoro muestra el lugar donde estaba depositado uno de los proyectiles.
Teodoro muestra el lugar donde estaba depositado uno de los proyectiles

Agentes de la Policía Nacional de Teruel localizaron el pasado jueves 22 artefactos explosivos procedentes de la Guerra Civil en Villalba Baja, un barrio pedáneo de Teruel, tras haber recibido el aviso de dos de sus vecinos. Los proyectiles, la mayoría de los cuales mantenían su carga en perfecto estado, fueron retirados por técnicos en desactivación de explosivos (Tedax) de la Policía procedentes de Zaragoza, que se desplazaron al lugar y, posteriormente, procedieron a su neutralización. Algunos de ellos mantenían su poder destructivo inalterable, como se demostró tras la explosión controlada a la que fueron sometidos.


Los agentes encontraron en una bodega alejada del núcleo urbano trece proyectiles de artillería, doce de 75 milímetros de calibre y otro de 110. En el paraje conocido como ‘La gravera’ se hallaron dos granadas de mortero de 81 milímetros de calibre y dos proyectiles de artillería. Y finalmente, en una explotación ganadera estaban depositados cinco proyectiles de artillería de 155 milímetros de calibre, uno, y de 100 milímetros, los cuatro restantes.


Fuentes de la Policía Nacional señalaron que las llamadas de ciudadanos alertando de la presencia de este tipo de explosivos va en aumento conforme pasa el tiempo. El grave accidente sufrido en septiembre del año pasado por el joven Alberto Villalba, al estallarle una granada del conflicto bélico en un garaje y perder las dos manos y la visión de un ojo, ha influido en este cambio de actitud. Pero también están siendo decisivas las charlas que la Policía Nacional viene impartiendo en Teruel y en sus diez barrios pedáneos.


Precisamente, según señalaron fuentes del cuerpo armado, los vecinos de Villalba Baja alertaron de la presencia de los artefactos tras la conferencia que impartieron el pasado martes en el salón de la Asociación Cultural del barrio. Esta zona fue especialmente castigada durante la contienda, por lo que abundan en sus montes próximos restos de todo tipo procedentes de la batalla. La climatología de Teruel, con una atmósfera con escasa humedad, favorece, además, el buen estado de conservación de los artefactos, que, generalmente, mantienen sus cargas explosivas intactas. Fuentes policiales señalaron que cada vez se detecta "una mayor sensibilización entre la población sobre la peligrosidad" de estos artilugios y la necesidad de alertar a la Policía en cuanto se localizan.


No es la primera vez que en Villalba Baja aparecen explosivos. A principios de este año se localizaron tres obuses de artillería. Teodoro Biel, un ganadero de la pedanía que reconoce haber visto y recogido decenas de piezas bélicas en el campo, sostiene que "no es extraño" que el monte esté sembrado de artefactos. "Aquí –asegura– estuvo el frente de la guerra durante 18 meses, así que las bombas se podían contar por cientos".Durante el pastoreo

Según explica el hombre, durante las labores de pastoreo con su ganado de ovejas se ha tropezado con muchas bombas y balas semi-enterradas en la tierra. "Llegué a encontrar un pepino de más de medio metro, que se lo llevó un valenciano", afirma.


Reconoce que tras el accidente de Alberto Villalba en Teruel, ha cambiado su actitud. "Mi mujer y mi hija me insistían en que no recogiera este tipo de material en el monte", agrega. El último artefacto lo llevó a su nave ganadera, donde permaneció junto a la tapia exterior hasta que se lo llevó la Policía.


Una vecina, que prefirió guardar el anonimato, calificaba de "habitual" la presencia de munición de la Guerra Civil en el término municipal de Villalba Baja. "No es raro que cuando estás labrando en el campo aparezca alguna bomba", asegura. "Se retira para que no moleste al tractor y luego se coloca junto a unas piedras para seguir trabajando", agregó.


Dentro de la campaña de sensibilización que está llevando a cabo la Policía Nacional destaca la difusión de un reportaje y un dossier en el que aparecen reflejadas las principales clases de explosivos y sus características que se pueden encontrar en el monte. El objetivo es que los ciudadanos puedan identificarlos.


Las fuerzas de seguridad insisten en la necesidad de no manipular ningún mecanismo bélico y recomiendan dar parte a la Policía en cuanto se detecte la presencia de alguna bomba para proceder a su desactivación.