"El sector de la biomasa se rompe, estamos al límite"

La apertura de dos nuevas plantas en Teruel supondrá un impulso para el territorio a pesar de que el sector se esté tambaleando.

La comunidad genera unas 600.000 toneladas de biomasa forestal cada año.
La comunidad genera unas 600.000 toneladas de biomasa forestal cada año.
Antonio García

La noticia de la apertura de dos fábricas de biomasa ha supuesto una alegría para la comarca del Jiloca. En unos meses las nuevas plantas dedicadas a la producción de pellet estarán en funcionamiento en las localidades turolenses de Bea y Allueva lo que supondrá un auténtico revulsivo para una zona duramente afectada por la despoblación.


Según datos del Gobierno de Aragón, tan solo un 5% de las 600.000 toneladas de biomasa forestal con las que cuenta anualmente la comunidad para la producción de combustible orgánico es utilizada. La biomasa es una materia orgánica que aparece con los desechos naturales de los bosques y que al compactar y tratarla sirve como combustible ecológico. Las posibilidades del sector están ampliamente desaprovechadas a pesar de los beneficios, en desarrollo rural y en limpieza y cuidado de bosques que podría suponer.


Un mercado joven que fluctúa


Sin embargo, desde el Observatorio de la Biomasa de Aragón aseguran que el buen aspecto que mostraba el sector hace dos años ha cambiado radicalmente llegando a un punto insostenible. "Necesitamos encontrar un equilibrio entre las empresas privadas, el Gobierno de Aragón y todos los agentes que intervienen porque el sector se rompe y estamos en un punto límite", explica Luis Solsona, responsable de este organismo que agrupa a diferentes empresas del sector.


"La demanda de producto supera ampliamente la oferta, lo que está desembocando en un aumento tremendo de los precios de la biomasa que no pueden asumir ni fabricantes ni compradores", asegura Solsona. Según el organismo, el precio del producto ha subido un 50% en tan solo dos años.


A esto hay que añadir otra de las brechas del sector; la salida del material bruto para ser tratado en otras comunidades. "Una buena parte de la biomasa de nuestros montes se trabaja en Navarra o en Lérida. Yo diría que tan solo el 40% se queda en la comunidad", afirma Solsona.


Al parecer las medidas llevadas a cabo desde el Gobierno de Aragón para el impulso de este ámbito no son suficientes para frenar la desestabilización del mercado. Según explican desde el observatorio, desde principios de 2013 hasta finales de ese mismo año el precio de licitación por algunos montes de la comunidad aumentó 15 veces su precio a causa del sistema de subasta con el que se adjudican. Un precio al que no puede hacer frente el sector.


Nuevos emprendedores confían en el producto


Aún así, las fábricas, que próximamente se ubicarán en la Sierra de Cucalón, esperan dinamizar el territorio. Estas dos plantas se sumarán a las ya existentes en Ansó y Grañen. Ambas, dedicadas a la producción de biomasa, produjeron el pasado año un total de 15.000 toneladas de pellets.


Desde el Observatorio de la Biomasa en Aragón creen que la solución del sector es posible, pero que debe pasar por la colaboración de todos los agentes, la mejoría en la accesibilidad de los recursos y la inversión en maquinaria e instalaciones.


Según el Gobierno de Aragón, el sector de la biomasa tiene una enorme potencialidad en la comunidad. Aragón cuenta con 2,6 millones de superficie forestal y  1.577.000 hectáreas de monte arbolado repartidas entre Huesca con 620.222 hectáreas, Teruel con 586.414 hectáreas y Zaragoza con 371.355 hectáreas. Todas ellas aprovechables para la producción de energías renovables.