Los padres de Crivillén piden cinturones de seguridad en el autobús escolar de sus hijos

Aunque el vehículo que los transporta todos los días hasta Andorra cumple a rajatabla con la normativa vigente, los padres pretenden mayor seguridad para sus hijos.

En Crivillén (Teruel), las puertas de su escuela llevan cerradas desde que el pasado mes de junio los niños empezaran a disfrutar sus vacaciones de verano. Los cinco alumnos de primaria que restaban en el colegio tuvieron que empezar el nuevo curso en el colegio Manuel Franco Royo de Andorra, a 17.5 kilómetros de distancia. Otro, también viaja en la misma ruta hasta el Colegio Gloria Fuertes. Cada día, un autobús que llega desde Utrillas -en las Cuencas Mineras-, los recoge en torno a las 9.30 horas y los devuelve a las 17.30. Sin embargo, los padres no entienden cómo en sus coches tienen la obligación de llevar a sus hijos sobre una silla homologada y con el cinturón de seguridad, pero en la ruta escolar prescinden de este tipo de retención infantil.


“Cuando subo a mis hijos al coche tengo que llevar la silla homologada o la adaptación, por su seguridad y la verdad es que no entiendo por qué no es así cuando se suben en el autobús escolar. Además, a mí me multan por no hacerlo”, critica Esther Moya, la vecina crivillenense que ha escrito una carta al departamento de Educación del Gobierno de Aragón para solicitar una solución y madre de dos hijos de seis y dos años y medio. “Desde septiembre, el mayor ya ha salido despedido dos veces. El pequeño empezará el colegio al año que viene y no veo normal que vaya sin nada”, lamenta Moya. “Una de las veces que salió despedido fue con un simple frenazo a la salida del colegio, cuando todas los padres van a buscar a sus hijos. Un coche se cruzó delante del autobús y el conductor tuvo que frenar bruscamente”, recuerda la madre, quien asegura que no tienen nada en contra del colegio o de la empresa de autobús, “simplemente queremos mayor seguridad para nuestro hijos”. “Yo estaría dispuesta incluso a pagar la silla para mis hijos, pero en los autobuses actuales no se puede incorporar”, asegura la madre.


Los padres, de acuerdo con la iniciativa de Esther, se encuentran esperando la respuesta oficial del Gobierno de Aragón, que en estos momentos se encuentra hablando con el empresa de transportes adjudicataria. Sin embargo, no descartan tomar nuevas medidas como una recogida de firmas si no consiguen nuevas medidas de seguridad para sus hijos.

El autobús cumple con la normativa vigente

Según la Federación Española Empresaria del Transporte de Viajeros (Asintra), en España, de los 17.000 autocares que diariamente realizaban transporte escolar en el 2013, solo dos de cada cinco (38%) llevaban instalados cinturones de seguridad.


Desde el 20 de octubre de 2007 es obligatoria la instalación de cinturones de seguridad en los nuevos autobuses matriculados a partir de esa fecha (Real Decreto 445/2006). Desde entonces, esta medida de seguridad vial solo es obligatoria para las nuevas matriculaciones y en aquellos asientos que estén situados frente a la escalera, enfrentados a pasillos o no protegidos por asientos delanteros. La matriculación del autobús que transporta a los niños de Crivillén es anterior, por lo que está exento de esta obligación.


Desde el colegio Manuel Franco Royo también se han puesto en contacto con el inspector de Educación encargado de la zona andorrana para informase sobre el tema y su respuesta fue que la empresa adjudicataria del servicio “cumplía con la normativa”. Lo mismo defienden desde el Gobierno de Aragón, con quien también se ha puesto en contacto la alcaldesa de la localidad, María José Lecina, y a quién explicaron la completa legalidad del asunto. “Es normal que los padres quieran una mayor seguridad para sus hijos, por eso nosotros también nos pusimos en contacto con la institución aragonesa para pedir explicaciones”, apunta Lecina.


Desde el departamento de Educación del Gobierno de Aragón aseguran que la empresa cumple “a rajatabla” y ven difícil la solución al problema, porque pasaría por la compra de un nuevo autocar y esta decisión depende de la empresa, con la que tienen un contrato firmado por 10 años.