Un equipo de cinco investigadores del Instituto Catalán de Paleontología y de la Universidad británica de Manchester han realizado esta semana un trabajo pionero con nuevas técnicas de escaneado de las icnitas (huellas de dinosaurio) para la documentación del yacimiento de Las Cerradicas, en Galve. El estudio formará parte de la base de datos que estas dos entidades van a crear con información novedosa de los nueve enclaves con huellas fósiles de la Península Ibérica -entre ellos el turolense- que aspiran a ser declarados por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.

El escaneado de los 180 rastros que se conservan en el yacimiento de Galve ha sido realizado mediante la tecnología LIDAR (Light Detection and Range), un sistema, según Ángel Galobart -uno de los paleontólogos-, muy parecido a los radares meteorológicos y a los habitualmente utilizados en el campo de las prospecciones petrolíferas. Consiste en capturar múltiples puntos de las superficies escaneadas mediante láser para obtener posteriormente modelos tridimensionales de las huellas.

Los científicos de la Universidad de Manchester fueron los primeros en aplicar estas nuevas técnicas a la paleontología. Posteriormente, en 2005, los expertos del Instituto Catalán de Paleontología realizaron pruebas en este campo para cartografiar las icnitas del yacimiento de Fumanya (Barcelona) cuyos resultados, según Galobart, "fueron espectaculares".

El paleontólogo catalán manifestó que este proceso como base de datos "es excelente a nivel científico", pero agregó que es igualmente importante como medio de conservación futura del patrimonio. "Si alguno de los yacimientos sufre serias degradaciones siempre se podrían reproducir con exactitud debido a que una vez digitalizados los datos, se presentan en tres dimensiones", indicó Ángel Galobart.

Según dijo el experto, los datos obtenidos permitirán en un futuro próximo realizar a través del ciberespacio visitas virtuales de los yacimientos. "Con este método -subrayó- se cumplen tres objetivos: el científico, el de conservación y el de divulgación".

Investigadores de la tierra

En la labores de escaneado de las icnitas han colaborado palentológos aragoneses, ya que, según dijo Ángel Galobart, "existe un compromiso de trabajar conjuntamente con los investigadores de las comunidades en las que se ubican los yacimientos, así como de facilitarles datos para estudios científicos posteriores".

Además de las Cerradicas, se ha intervenido hasta ahora en los Cayos y Era del Paladillo (La Rioja) y en el Frontal (Soria). Los datos obtenidos en estos enclaves completan los localizados en el mes de diciembre del año pasado en los tres yacimientos de Portugal.

Los últimos en ser escaneados serán los Cayos y Era del Paladillo, situados en la Rioja.

Ángel Galobart explicó que los depósitos, que forman parte de la candidatura -actualmente en tramitación- para ser declarados Patrimonio de la Humanidad, presentan un estado de conservación muy diverso. "Hay de todo -indicaba-, porque la conservación depende muchas veces del sedimento del sustrato en el que estén las huellas. Nos podemos encontrar, pues, con un yacimiento muy protegido pero muy degradado". Respecto a las Cerradicas, cuya superficie ha sido recientemente protegida con una estructura de acero galvanizado, el paleontólogo catalán considera que se trata de una intervención "magnífica y con la posibilidad de que se haga un análisis de roca para evitar la destrucción de los terrenos".

El conjunto de huellas turolense fue descubierto en 1986, con un total de 180 marcas pertenecientes a una gran variedad de dinosaurios. En la diversidad de las huellas, que se conservan en roca arenisca y que datan del final del Cretácico -hace 245 millones de años-, radica su mayor interés. Los paleontólogos han descubierto rastros de ejemplares adultos y crías de especies diferentes. Entre otras cuestiones, se ha podido averiguar que algunos de los vestigios pertenecen a siete terópodos carnívoros de pequeño tamaño, y se han identificado las marcas de once dinosaurios herbívoros. El expediente para la declaración de los yacimientos de la Península Ibérica como Patrimonio de la Humanidad se encuentra desde enero en la sede de la Unesco. El informe científico que ha servido de base para solicitar esta figura fue elaborado por paleontólogos de Dinópolis.