TERUEL

Los masinos, en el siglo de las luces

Mas de las Matas recreó la llegada del comendador hospitalario fray Manuel de Sada y Antillón, en 1734

Recreación de la toma de posesión del comendador hospitalario -en el centro- en la plaza, un acto que congregó a cientos de espectadores.
Los masinos, en el siglo de las luces
a. r.

La localidad bajoaragonesa retrocedió en el tiempo para revivir uno de los hechos históricos más singulares en la historia del municipio. Se trata del regreso del comendador de la orden del Hospital de San Juan de Jerusalén -que señoreó la población durante siglos- para tomar posesión del lugar. Concretamente, en el día de ayer, el caprichoso túnel del tiempo transportó el municipio hasta el año 1734, cuando fray Manuel de Sada y Antillón tomó posesión de su cargo como comendador de Mas de las Matas y del resto de la encomienda de Castellote.

 

El pueblo amaneció el sábado totalmente engalanado para la ocasión. Sus calles se habían convertido en un gran mercado del siglo XVII, donde podía adquirirse artesanía, alimentos, y todo tipo de utensilios relacionados con la época que se recreaba. Del mismo modo, la animación en las calles no podía ser mayor: con tabernas, asados, música, bailes, malabares, desfiles, etc. Se trata de una de las más importantes recreaciones históricas del país, y nadie quería perdérsela.

 

Los actos comenzaron cuando el sol llegaba a su cénit. En ese momento, el concejo saludaba al vecindario, perfectamente vestido a la moda del Antiguo Régimen, y anunciaba la pronta llegaba de De Sada y Antillón, el comendador hospitalario -o sanjuanista-.

El protagonista

José Padrós, vecino que encarnó el papel del protagonista, llegó a las puertas de la villa a las 17.00 en un carruaje tirado por caballos. Tras dirigirse a la plaza del Ayuntamiento acompañado por su séquito, anunció al Justicia de la ciudad que venía a tomar posesión de su cargo. En ese momento, comenzó a decretar que los bienes de la localidad pasaban a su poder. Estas muestras de autoritarismo fueron abucheadas por vecinos y visitantes. Además, nombró nuevos cargos concejiles, atendió las reclamaciones de los vecinos sobre la seda y amenazó con la horca para amedrentar a los disidentes. Por su parte, los gremios y las cofradías del Mas le rindieron grandes honores y le juraron fidelidad.

 

Una vez terminado el acto protocolario, el nuevo comendador y su séquito visitaron el mercado barroco, ubicado en la plaza de la Iglesia, donde los artesanos se afanaban en su trabajo. Para finalizar el día, los masinos acudieron a la gran cena en honor del comendador y de las órdenes Hospitalaria y San Juan de Jerusalén. Durante este acto se repartió una de las novedades de la edición de este año: el dulce del comendador, elaborado con zanahoria y nueces.

 

Por segundo año consecutivo, Mas de las Matas recreó el siglo XVIII. Anteriormente, el año a recrear era 1661, pero Pedro Pitarch, alcalde masino, explicó que de esta manera esperaban dar dinamismo al acto, para evitar su estancamiento. Además, el cambio de siglo supone un reto, pues hay que elaborar nuevo vestuario, y rodear al pueblo de un ambiente distinto.

 

Los actos programados para hoy volverán a contar con las exhibiciones de esgrima a partir de las 11.00. Para el mediodía está prevista una misa del Siglo de las Luces cantada en latín en la iglesia sanjuanista, con la intervención coral de la Polifónica Alcorisana. La despedida del comendador tendrá lugar a las cinco de la tarde con la exhibición del grupo de fusileros dieciochescos los Miguelets de Valencia. En este acto de despedida, también actuarán los maestros de esgrima y la milicia de fusileros y trabucaires, mostrando su arte a los presentes, mediante duelos a espada y a daga. Con la puesta del sol, el comendador saldrá de la localidad y Mas de las Matas volverá, una vez más, al siglo XXI.