OCTAVA VÍCTIMA DE 2009

Fallece un joven tras ser arrollado por un toro y golpearse contra la barrera en Villarquemado

La muerte de un joven en Teruel tras ser arrollado por un toro ha elevado a ocho el número de víctimas mortales este año durante los encierros y capeas que se celebran en numerosas localidades.


La última víctima es un joven de 23 años que falleció la pasada noche en el hospital Obispo Polanco de Teruel, pocas horas después de haber sido cogido por un toro en la localidad turolense de Villarquemado.


El joven fue arrollado por el toro y se golpeó contra las barreras metálicas de protección, lo que le provocó un traumatismo craneoencefálico.


Se trata de la octava víctima mortal en este tipo de festejos este año; la última se había producido el pasado sábado en la localidad valenciana de Massamagrell, donde falleció un hombre de 35 años como consecuencia de la gravedad de las heridas que le causó un toro.


Días antes, el 30 de agosto, falleció en el hospital de Castellón un hombre que permanecía ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos desde el 27 de agosto, cuando fue corneado por un toro en las fiestas de la localidad de Borriol (Castellón).


La primera víctima del año se produjo el 30 de abril, cuando un niño de 10 años, de nacionalidad rumana -Gimi Raúl Szavuly- fue arrollado por una vaquilla en el transcurso de un festejo en Pinesque (Zaragoza).


A principios de julio murió un joven de 27 años, vecino de Alcalá de Henares (Madrid) -Daniel Jimeno Romero-, tras ser empitonado en el cuello por un toro de Jandilla, "Capuchino", en el tramo de Telefónica, durante el cuarto encierro de los Sanfermines de Pamplona (Navarra).


Apenas dos semanas después, el 25 de julio, Antonio Martínez Mata de 65 años, murió durante un encierro en Isso (Albacete), tras ser corneado en el cuello y la cabeza por un novillo de la ganadería de Alpujarra.


El 15 de agosto, durante la celebración de las fiestas de Nuestra Señora y San Roque en Peñafiel (Valladolid), un hombre de 53 años falleció en la capea posterior al primer encierro de las fiestas de la localidad al recibir una cornada en el abdomen de un novillo.


Tres días después de esta tragedia, el 18 de agosto, un joven de 16 años murió en un encierro en la localidad navarra de Cabanillas tras ser arrollado por un manso en un encierro de vacas celebrado con motivo de las fiestas patronales de dicha localidad.