TERUEL

El Maestrazgo cuenta con 67 masías habitadas, el 10% del total

Según un inventario presentado ayer, la comarca cuenta con 672 masadas, de las cuales el 50% están en muy mal estado de conservación o en ruinas.

La mitad de las 672 masías de la comarca del Maestrazgo están en muy mal estado de conservación o en ruinas, según se desprende del inventario realizado por Javier Oquendo y que ayer se presentó en Puertomingalvo, dentro del coloquio "Hábitat disperso, desarrollo rural y sostenibilidad". En el polo opuesto se encuentran 310 masías en buen estado, entre las que figuran las 67 habitadas, el 10% del total.


El término municipal que presenta un mayor hábitat disperso es el de Cantavieja, con 117 masías de las cuales 22 están ocupadas de forma permanente. Javier Oquendo opinó que los proyectos de electrificación desarrollados en el municipio han sido "decisivos" para evitar la marcha de los masoveros. Otros pueblos con una importante población dispersa son Villarluengo, con 13 masías habitadas, y Allepuz, con 8. Por el contrario, Fortanete tiene 54 masadas y todas están despobladas.


El autor del catálogo advirtió que el proceso de despoblación "sigue vivo por goteo; cada año se despueblan una o dos". Sin embargo, las épocas más decisivas para el abandono del hábitat disperso fueron el periodo del maquis, "cuando el Gobierno obligó a abandonarlas", y los años sesenta y setenta, durante el Desarrollismo. Fue entonces cuando las masadas -construidas entre los siglos XV y XVIII, principalmente- recibieron el golpe más duro para su supervivencia.


Oquendo, que ha realizado el estudio por encargo de la Comarca del Maestrazgo, explicó que la principal alternativa para evitar el desplome de las masías es su rehabilitación como segundas residencias aprovechando la proximidad del mercado levantino. A su juicio, la reutilización como establecimientos turísticos tiene un alcance muy limitado y, de momento, solo se ha dado en 3 casos.


El inventario evidencia que en, al menos 150 casos, las masías son ya totalmente irrecuperables porque solo son ruinas. A esta cifra hay que sumar otras 150 que están "muy mal", y si no se consolidan a corto plazo serán irreparables. En torno a 60 se encuentran en unas condiciones "regulares". El catálogo recoge la situación de las masías, su estado, uso y otras características. Se trata en todos los casos de viviendas y edificios anejos usados para la explotación agropecuaria del entorno. La más alta está situada en Fortanete, a 1.817 metros, y la mas baja se localiza en Castellote, a 542.


Oquendo advierte que las masías son un "patrimonio muy frágil" que, debido a la despoblación, se degrada de forma acelerada y que en pocos años puede pasar de un estado aceptable a ruinoso. Su principal utilidad ha sido históricamente la agrícola y ganadera, pero parece poco probable que este sector sea suficiente aliciente para mantenerlas habitadas o para reocupar las abandonadas.