Los seis detenidos por traficar con kurdo-iraquíes declaran en los juzgados de Teruel

Son sospechosos de integrar una red internacional que habría traficado durante 2017 con un centenar de personas, entre ellas los 6 adultos y 8 niños.

Uno de los detenidos, esposado, es conducido por la Guardia Civil desde el furgón de seguridad al Juzgado
Uno de los detenidos, esposado, es conducido por la Guardia Civil desde el furgón de seguridad al Juzgado
Antonio García/Bykofoto

Seis personas, cuatro de ellas en calidad de detenidas y dos en situación de libertad, han pasado a primera hora de esta mañana a disposición judicial en Teruel como presuntos integrantes de una organización internacional de origen iraquí dedicada a la introducción irregular de compatriotas en la Unión Europea a través de España. Utilizaban como ruta el corredor Cantábrico-Mediterráneo y pasos fronterizos del norte de Francia y cobraban a sus víctimas fuertes sumas de dinero sin importarles poner en riesgo la vida de los emigrantes, muchos de ellos niños de corta edad, que viajaban en camiones frigoríficos durante 30 o 40 horas a 4 grados de temperatura y en espacios claustrofóbicos.

Todos ellos declararán a lo largo de la mañana de este viernes ante el titular del Juzgado de Instrucción número dos de Teruel, Jorge Cañadas, quien ha coordinado la investigación al ser interceptados en febrero y marzo del año pasado en las localidades turolenses de Ferreruela de Huerva y Villafranca del Campo dos expediciones de ciudadanos kurdo-iraquíes con 14 personas en total -ocho de ellos niños menores de 13 años-, que viajaban en sendos camiones frigoríficos camino de Reino Unido. Uno de los grupos fue quien pidió ayuda al servicio de emergencia 112 desde el interior del remolque ante la situación extrema de agotamiento, frío y dificultades para respirar que estaban padeciendo como polizones.

El Ministerio del Interior informa en una nota de que la actuación de la Policía Nacional y la Guardia Civil, en una operación bautizada como 'Brocolín', ha permitido desarticular la red y de que el principal responsable de la red criminal es un iraquí nacionalizado español y residente en Valencia, que dirigía los traslados de los inmigrantes por diferentes países de la Unión Europea, mientras que el resto de los integrantes actuaban a modo de célula itinerante.

Se estima que la trama cobraba entre 3.000 y 10.000 euros por persona en función de la modalidad de introducción y del riesgo para la integridad física. El precio se incrementaba considerablemente si las víctimas solicitaban el acompañamiento de un 'pasador' de la organización en el interior del transporte. La investigación calcula que, de este modo, la red traficaría de forma ilícita con más de un centenar de personas durante el año pasado, lo que supone un amplio margen de beneficios.

Los seis investigados fueron detenidos el pasado miércoles en un amplio operativo en Valencia y Bilbao. Cinco de ellos fueron apresados en la capital levantina y el otro en Bilbao y entre ellos figura el que se considera por la Policía líder del grupo. La Europol, la unidad de Policía de la Unión Europea, viene participando en la investigación desde hace varios meses y ha desplazado a Valencia una oficina móvil.

La red desarticulada por el juzgado turolense llevaría actuando varios años. Tras ser investigados el año pasado los teléfonos móviles de las víctimas detectadas en Villafranca del Campo, las indagaciones se centraron en torno a un individuo iraquí al que ahora se considera cabecilla de la trama y el cual condujo paulatinamente hasta otros miembros de la red. Para facilitar la movilidad geográfica dentro y fuera del espacio Schengen -26 países europeos que han abolido las fronteras entre ellos- los miembros de la organización disponían de residencia legal o incluso la nacionalidad de algún país europeo.

La organización ha utilizado diferentes métodos para el tráfico de personas, pero el usado preferentemente y que ha supuesto una novedad en el modo de proceder de este tipo de redes es el transporte en camiones frigoríficos. Los integrantes de la red obtienen información detallada sobre el destino de los transportes y aprovechan el descanso nocturno del conductor del camión para, sin su conocimiento, introducir a las personas en el remolque. Para ello -informa la Policía- recolocan la carga del camión, casi siempre hortalizas y acondicionan un pequeño espacio en el que ocultan a los polizones. Los encargados de esta labor cuentan con la habilidad suficiente para abrir las cerraduras y sustituir precintos sin que sea detectado forzamiento alguno.

A los detenidos se les atribuyen los delitos de pertenencia a organización criminal, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, falsedad documental y blanqueo de capitales.

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