Una asociación conservacionista detecta metales pesados contaminantes en el Mijares

El colectivo Mijares Vivo reclama a la Confederación del Júcar y a la DGA un estudio de la calidad del agua del río a raíz de un vertido toxico registrado el pasado agosto.

Zona de baño del Mijares a su paso por Olba.
Zona de baño del Mijares a su paso por Olba.
Javier Escriche

La Asociación Mijares Vivo, que en el pasado mes de agosto denunció un vertido contaminante que provocó una gran mortandad en la fauna piscícola de un tramo de 5 kilómetros del río Mijares, reclama a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) y al Departamento de Desarrollo Rural que informen sobre el nivel de contaminación del río aguas abajo del punto donde se produjo la afección. El colectivo conservacionista insta a las dos administraciones en una carta remitida el pasado 9 de noviembre a aclarar el origen de los contaminantes vertidos en agosto, a analizar «la contaminación química» del Mijares y a trasladar los resultados a la población. Informa también de que ha llevado a cabo sus propios análisis y ha detectado la presencia de metales pesados que son tóxicos.

Mijares Vivo considera «muy limitada» la única información que ha recibido de la CHJ sobre los análisis realizados tras detectarse la mortandad de peces y cangrejos en verano. Desde el órgano de cuenca responden que las pruebas efectuadas «no indican» la presencia de sustancias que pudieran causar el incidente, aunque aclaran que quedan por conocer los resultados de los análisis de restos de animales muertos.

La asociación ecologista recuerda a la DGA y la CHJ que dos semanas después de que se detectará la contaminación del río organizó un acto ciudadano en el paraje de la Babor, cerca del lugar del vertido, y se analizó el estado del agua a partir de su fauna y flora. Se constató que «la calidad era mediocre aguas arriba y muy mala aguas abajo».

Además, se tomaron muestras de agua y sedimentos cuyo análisis reveló «la presencia de cantidades notables de metales pesados». La carta remitida al organismo de cuenca y al Gobierno aragonés considera «preocupante» la presencia estas «sustancias tóxicas para la vida acuática» aguas arriba de las captaciones de agua de boca del pueblo de Olba, que dista 9,5 kilómetros del punto de vertido.

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