Bautismo de Vaquilla para trescientos bebés que viven sus primeras fiestas

La plaza del Torico fue el escenario del reparto de pañuelos rojos con el escudo de la ciudad a los niños nacidos en los últimos doce meses.

Las familias aguardaron con sus bebés en una larga fila el comienzo del reparto de pañuelos.
Bautismo de Vaquilla para trescientos bebés que viven sus primeras fiestas
Antonio García/bykofoto

A los pies de la escultura del Torico, el bien patrimonial más preciado de la ciudad y el centro neurálgico de estas fiestas, unos 300 bebés recibieron ayer su bautismo de Vaquilla. Pero en lugar del agua bendecida, se les hizo entrega de pañuelos rojos, uno de los símbolos de la tradición popular turolense, en los que podía leerse: "Mi primera Vaquilla. Fiestas del Ángel 2017". Este regalo especial solo fue destinado a los niños nacidos en los últimos doce meses, entre la fiesta de 2016 y la que acaba de comenzar.

La alcaldesa, Emma Buj, un grupo de concejales y el presidente de Interpeñas fueron los encargados de anudar al cuello de cada uno de los niños los pañuelos vaquilleros. Pasaron de uno en uno, en brazos de sus padres, y muy pocos de ellos derramaron lágrimas. El buen ambiente se extendió en pocos minutos en toda la plaza del Torico, contagiando también a los más pequeños, algunos de los cuales no se inmutaron cuando los ediles rozaron sus cuellos para colocarles el pañuelo.

Los coches de bebé se adueñaron de las calles del Centro Histórico. Una hora antes del inicio del acto, se podía ver un desfile de estos carritos por el viaducto Viejo.

El acto de ayer, uno de los más entrañables de la fiesta turolense, se realiza por segundo año consecutivo dado el éxito que tuvo en su primera edición. La alcaldesa, Emma Buj, espera que se convierta "en una tradición más de la Vaquilla", de manera que cada turolense guarde en el recuerdo "este regalo".

Este año se han adquirido 300 pañuelos, teniendo en cuenta los datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). No obstante, la alcaldesa aclaraba que en el acto de ayer no se pidió el certificado de nacimiento. "Así que no hay problema, si vienen niños de algún pueblo del entorno", explicaba. El concejal de Fiestas, Javier Domingo, destacó el "éxito" de la convocatoria. "Eso es buena señal –comentaba–. Significa que nacen muchos niños en Teruel". Domingo reconoció que la idea había sido reproducida de otras ciudades. "Pensamos que Teruel no podía ser menos", apuntó.

Entre los primeros en recibir el pañuelo, en el que también aparece inscrito el escudo de la ciudad, se encontraba Martín, cuyo padre, Félix, explicaba que con este gesto del Ayuntamiento, "su primera vaquilla siempre estará en su memoria".

Vera y Mateo, mellizos que pronto cumplirán su primer año de vida, soportaban el acto con buen humor y sin signo alguno de malestar. Su madre, Fátima, lo consideró "una muy buena iniciativa, que permite, además, fomentar y difundir la Vaquilla". El progenitor, Jaime, aplaudió la idea dedicada a los más pequeños de la familia. "Está muy bien que en el programa de fiestas se tengan en cuenta a los niños". En los brazos de su padre dormitaba Candela, de diez días de vida. No se despertó ni siquiera cuando la alcaldesa le anudó el lienzo a su pequeño cuello. "Nos enteramos de esta convocatoria y no quisimos perder la oportunidad de que la niña tenga su primer recuerdo vaquillero", explicaba Salvador, su padre.

Familiares y amigos completaron el acto con decenas de fotos que permitirán inmortalizar este singular bautismo de Vaquilla.

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