Más de 17 años de cárcel para una red que transportó cocaína en un brik de leche

Los procesados, dos españoles y cinco colombianos, se proveían de droga en Valencia.

Los abogados conversaban ayer con sus representados antes de iniciarse el juicio
Más de 17 años de cárcel para una red que transportó cocaína en un brik de leche
Antonio garcía/bykofoto

La Audiencia Provincial de Teruel condenó ayer a siete integrantes de una red de tráfico de drogas a penas que suman un total de 17 años y dos meses de prisión. Los procesados, dos de ellos de nacionalidad española y los cinco restantes colombiana, reconocieron los hechos y se conformaron con la pena propuesta por el Ministerio Fiscal, que rebajó su calificación inicial al contemplar la atenuante de drogadicción.


Los traficantes se proveían de sustancias estupefacientes en Valencia. La Policía, que tras las oportunas investigaciones averiguó este dato, logró interceptar el vehículo en el que viajaban dos de los acusados cuando llegaba a la capital turolense. Al registrar el coche, los agentes hallaron un brik de leche que contenía 220 gramos de cocaína.


La Fiscalía solicitaba inicialmente penas más altas. En concreto, pedía 4 años de prisión para tres de los miembros de la trama y tres años de cárcel para los cuatro restantes. Al final, cuatro de los procesados –dos dedicados a la provisión de la droga y otros dos a la distribución– han sido condenados a dos años y ocho meses; sobre otro ha recaído una pena de dos años y medio; y otros dos se enfrentan a una condena de dos años. La sentencia incluye el decomiso de los vehículos que la red utilizó como herramienta para transportar y distribuir la cocaína en la provincia de Teruel.Sillas del bar

El juicio celebrado ayer contra esta red de tráfico de drogas fue el segundo que tiene lugar en el salón de actos del edificio conocido como la Casa Blanca, una ubicación provisional para parte de los órganos judiciales de la capital turolense en tanto se desarrollan obras de reforma en el antiguo Palacio de Justicia que hay en la céntrica plaza de San Juan.


Al igual que ocurriera en la primera vista, ayer se puso de manifiesto que los espacios de la Casa Blanca no están adaptados a las necesidades de la actividad judicial. Al no haber banquillo de los acusados en el salón de actos, los funcionarios judiciales tuvieron que traer siete sillas del bar que antes funcionaba en el mismo edificio –ahora cerrado– para acomodar a los procesados.


Las dimensiones del estrado, suficientes para acoger a un conferenciante, pero totalmente escasas para la composición de un tribunal, obligaron a que uno de los abogados defensores se sentara junto a las partes acusadoras.

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