Comienza la más joven de las fiestas medievales deTeruel

La ciudad se dispone desde ayer a vivir una nueva entrega del drama de Los Amantes de Teruel. Las primeras escenas de la Partida de Diego, la más joven de las dos fiestas medievales que se desarrollan en torno a las figuras de Isabel y Diego, se representaron por la noche en la plaza de la Catedral ante un público entregado, que no quiso perderse el romanticismo que destiló el encuentro de dos enamorados del siglo XIII.

La recreación histórica, que tendrá lugar en escenarios naturales de las plazas y calles del Casco Histórico durante todo este fin de semana, va ganando en sus seis años de existencia cada vez un mayor número de fieles seguidores, lo que la convierte en un interesante reclamo turístico para los hosteleros. Las previsiones del sector se han cumplido con creces, con una ocupación que supera el 95%, según aseguraba ayer el presidente de la Asociación de Empresarios Turísticos, Juan Ciércoles. "Creo que muchos establecimientos colgarán, incluso, el cartel de completo estos dos días", puntualizó, tras considerar que se está registrando un ligero incremento con respecto al año anterior.

Ciércoles reconoció que lejos todavía de las aglomeraciones de las Bodas de Isabel, esta fiesta medieval, que recrea los primeros capítulos de la leyenda de los Amantes, ha contribuido a alargar la temporada turística, en un mes hasta hace algunos años de poca actividad para el sector. "Bien es verdad –admitió el hostelero– que a la buena ocupación también contribuye el hecho de que Dinópolis permanezca aún abierto".

Turolenses y visitantes, que ayer por la noche ya saturaban muchos de los establecimientos del centro de la ciudad, siguieron emocionados el desarrollo de las primeras escenas de la Partida de Diego, sobre todo, la que describió el encuentro lleno de romanticismo entre los dos protagonistas de la obra.

A las primeras palabras de los enamorados les siguió lo que fue la gran sorpresa de la noche: una escena musical, con Oriol Joanpere, el actor que encarna a Diego de Marcilla, caracterizado como un trovador dispuesto a dedicar a su amada lo mejor de su repertorio. El público tuvo, además, la oportunidad de ver a Marta Gómez –en su papel de Isabel de Segura–, convertida en una experta bailarina. El episodio más emotivo de la noche tuvo su contrapunto en el llamamiento a la cruzada, con las guerras como telón de fondo.