Las tradicionales vaquillas ensogadas hicieron correr a niños y mayores en Teruel
Las becerras de cuerda despidieron el programa de actos de las fiestas destinados a los más pequeños.
El sonido de los cohetes anunció la salida de las seis vaquillas que, una a una y ensogadas, abandonaron los corrales de La Nevera ayer por la mañana para recorrer el Centro Histórico de la ciudad y divertir entre carreras y caídas a los niños y mayores que se habían congregado en torno a la plaza del Torico.
Seis fueron los sogueros encargados de manejar a las becerras. Diego García, uno de los miembros infantiles de la asociación Soga y Baga, comentó: "Este es el tercer año que participo. Un tío mío se dedicaba a esto y lo he heredado. Nos viene muy bien para aprender a manejar a la vaca".
Entre el público abundaban los que todavía no se habían ido a dormir. "Somos muy taurinas y, aunque esta exhibición es para los niños pequeños, no hemos querido perdérnosla. Conocemos a la gente que lleva a los toros y también nos hace ilusión verlos", explicó Cristina tras una larga noche de fiesta que todavía no había terminado para ella. "Nos hemos quedado sin dormir para venir a ver a las vaquillas", explicó Jaime, otro de los trasnochadores.
Con este espectáculo infantil, los organizadores pretenden "hacer cantera y conseguir que la gente joven coja la afición", apuntó Marta Esparrels, miembro de la sección de adultos de la Soga y Baga. Una exhibición taurina que divirtió a los más pequeños, algunos encaramados a la fuente del Torico y otros dispersos junto a sus padres y abuelos por las calles que desembocan en la plaza de Carlos Castel. Animados por el sonido de las charangas que recorrían la ciudad, los asistentes disfrutaron del último acto infantil de La Vaquilla.
