Los poetas ganadores, seducidos por los encantos de la capital mudéjar

Los tres poetas ganadores –a la izquierda– visitaron el Mausoleo de los Amantes.
Los tres poetas ganadores –a la izquierda– visitaron el Mausoleo de los Amantes.
Jorge Escudero

Los tres ganadores del Certamen Nacional de Poesía ‘Amantes de Teruel’ –que este año alcanza su edición número 55– confesaron ayer haberse visto sorprendidos por la belleza de la ciudad, a la que solo uno de ellos había viajado anteriormente. Agasajados por el Ayuntamiento y acompañados por sus respectivas parejas y por la mantenedora de las fiestas, Rosa Blasco, los premiados visitaron por la mañana el mausoleo donde reposan los cuerpos de Isabel y Diego, los Amantes de Teruel, fuente de inspiración de sus obras.


Manuel Laespada, de Manzanares (Ciudad Real), ganador de la Flor Natural por su poema ‘Versos de Amor’, destacó el prestigio y el alto nivel del certamen literario turolense, al que en esta ocasión se han presentado 235 trabajos. El asturiano Javier Vallín, premio Amantes de Teruel por su libro de poemas titulado ‘Juguetes antiguos’, resaltó el cambio experimentado por la ciudad en los últimos 15 años, el tiempo transcurrido desde que este funcionario con vocación de escritor lograra su primer galardón en el certamen. "Siempre me sorprendió culturalmente, pero ahora la limpieza de sus calles y todos sus monumentos son una maravilla", dijo.


El cordobés Daniel Cotta, que obtuvo la distinción por su soneto ‘Sueño de piedra’, definió Teruel como "una joya escondida en un arcón" y se refirió en particular al encanto especial "del atardecer desde el Mirador y sus torres mudéjares". Los premiados destacaron que hoy en día nadie puede vivir económicamente de la poesía, si bien ello confiere a los autores libertad para escribir.

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