¿Es ésta la primera foto de Mallorca tomada desde Aragón?

La pasada semana se fotografió territorio insular desde el Puntal del Tamborero (1.764 metros), en la comarca del Maestrazgo, a 279 kilómetros.

La silueta del Puig Major mallorquín, delante del disco solar, inmortalizada desde el Puntal del Tamborero, en el Maestrazgo turolense.
La silueta del Puig Major mallorquín, delante del disco solar, inmortalizada desde el Puntal del Tamborero, en el Maestrazgo turolense.

La fotografía de larga distancia es una lucha constante contra los elementos. Un frente nuboso, una racha de aire que levanta una polvareda, la polución... cualquier mínimo detalle puede tirar al traste un intento de récord. Pero, de tanto en tanto, se consiguen resultados que se pueden considerar históricos. Como el que obtuvo el martes 24 de octubre el barcelonés Marc Bret en suelo aragonés. Este aficionado a la fotografía logró inmortalizar las siluetas del Puig Major, el monte mallorquín de mayor envergadura (1.445 metros), y el Penyal del Migdia (1.398 metros) desde el este de la provincia de Teruel.

Quizá suene a locura o a invención. Pero no lo es. La pasada semana se fotografió territorio insular desde el Puntal del Tamborero (1.764 metros), en la comarca del Maestrazgo. Un total de 279 kilómetros separaron al fotógrafo del protagonista de la imagen, el citado pico balear, que queda reflejado en la primera foto de Mallorca tomada desde suelo aragonés. O, al menos, la primera que se conoce.

Y eso que las condiciones a las 8.15 de la mañana de aquel martes no fueron las óptimas. "La previsión meteorológica indicaba que el cielo podía estar bastante transparente, sobre todo hacia la parte más al norte, pero que al mismo tiempo podría haber muchas nubes bajas en una parte del mar balear -entre la costa peninsular y el archipiélago-. Era cuestión de tentar a la suerte y estuve dudando entre ir o no. Al final, pasada la medianoche, me decidí por ir. Pensé que, si no lo intentaba, entonces seguro que no lo conseguiría... Lección aprendida de otras ocasiones", explica Marc.

El paraje que envuelve el Tamborero está rodeado de vegetación baja y pinos dispersos, “pero a la vez suficientemente numerosos como para suponer un obstáculo para la visión de paisajes lejanos. Afortunadamente me encontré con una estructura de gran ayuda, una alta torre de vigía forestal en la misma cima. La escalera no presentaba ningún impedimento o restricción de acceso. Eran las 6.30 de la mañana, aún de noche a finales de octubre en el levante español”, narra el fotógrafo.

Al cabo de unos minutos llegaron las primeras luces del alba que, en inicio, destaparon una amarga sorpresa. Una gran hilera de nubes bajas pendía sobre el mar, formando una suerte de muro que bloqueaba la luz solar. Esto significaba, claro, que los propósitos de Marc de observar y fotografiar la isla caerían en saco roto.

Pero tras un breve lapso que dedicó a apuntar hacia el Pirineo… se hizo la luz. “Apareció el sol en el horizonte. Me lo esperaba unos instantes algo más tarde debido a las nubes, pero no, eran las 8.15, se veía el sol y ahí, en medio, una cosilla oscura a contraluz. Rápidamente enfoqué la cámara (una Panasonic Lumix), puse el zoom... ¡Y allí estaba!, ¡la silueta del Puig Major, en diana perfecta dentro del disco solar!”, cuenta con entusiasmo. De este modo logró Marc fotografiar la isla de Mallorca desde Aragón, si bien este domingo, con mejores previsiones, intentará repetir y mejorar la instantánea, pudiendo “visualizar el resto de la isla de Mallorca”.

En agosto del año pasado se logró la gesta inversa. Otro fotógrafo, Fernando de Angulo, inmortalizó con su Olympus SP590 UZ el Puntal del Tamborero turolense desde el pico de Galatzó, en la isla de Mallorca. La meteorología impidió que en esta ocasión se obtuviera el reflejo preciso y se acabara recurriendo a un objetivo distinto.

Moleta del Tosal y Puntal del Tamborero, vistos desde Mallorca

El Monte Perdido desde Cantavieja

Desde la zona se han tomado otras imágenes para guardar. Juanjo Díaz de Argandoña, un ingeniero aficionado a la fotografía y a la montaña, logró captar con su lente el Monte Perdido, a 260 kilómetros de distancia: “En lugar de utilizar un teleobjetivo, cuyos precios son muy altos, lo que hice para conseguir la foto es acoplar un telescopio con una sola lente, frente a los diez que podría tener el tele, y enfoque manual”, explicó a HERALDO hace unos meses.

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