Dulce espera para un gran despertar festivo en Andorra

Fiestas en honor de San Macario, del 7 al 11 de septiembre.

Los vecinos de Andorra se preparaban ayer para el chupinazo.
Los vecinos de Andorra se preparaban ayer para el chupinazo.
L. Peralta

Cientos de andorranos se reunieron ayer en la plaza del Ayuntamiento, ataviados con sus uniformes peñistas, para dar la bienvenida a los festejos. A las 12 de la mañana fue el turno de los más pequeños, que pudieron aliviar el calor sofocante que registró ayer la villa minera lanzándose gaseosa, agua, refrescos y también harina o huevos, dando vida así a uno de los chupinazos más divertidos de la zona.


Un poco más tarde, a las 13.00, Andorra recuperó la antigua tradición de reunirse en la plaza de la Casa de la Villa para presenciar el disparo del cohete anunciador de los festejos. Acompañada de los gigantes, cabezudos y la charanga, la reina saliente, Cristina Esteban, fue la encargada de colocar el pañuelo al monumento del Pastor de Andorra.

Tanto la reina saliente como la entrante vivieron este momento con gran emotividad. Asimismo, tal y como marca la tradición, la peña Botrus tuvo en esta ocasión el privilegio de subir hasta el monumento del Labrador y el Minero para atar a sus figuras el cachirulo local que presidirá la imagen durante todas las fiestas.


Ya por la noche, los vecinos de Andorra disfrutaron de sus carrozas, en las que jóvenes y adultos desfilaron divirtiendo a todos los presentes. Una de las más elegantes fue la que se encargó de portar a las reinas de las asociaciones locales. Tras una noche intensa, hoy los andorranos celebrarán la procesión en honor de la Virgen y una posterior ofrenda de flores. Mañana será el día grande dedicado al patrón: San Macario.

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