Pascuala e Iranzo son, desde ayer, los nuevos gigantes de la comparsa de Andorra. Es el homenaje de la Villa Minera al matrimonio formado por José Iranzo, el Pastor de Andorra, y Pascuala Balaguer.

Los protagonistas presenciaron ayer el bautizo desde la misma puerta de su casa, que abrieron para acoger a decenas de vecinos que les arroparon un momento tan especial. "Estoy muy feliz. La gente nos quiere mucho y no hay palabras", reflexionó Don José desde una silla a la sombra. El 20 de octubre cumplirá 101 años, los mismos que tiene su esposa desde junio. "Son muchos, una barbaridad", añadió. "Ver bailar a los gigantes es muy impresionante aunque a mí me han dejado la cara más gordita. José sí que es clavado", comentó Pascuala riendo y sin separarse de su esposo.

Abrió los discursos la alcaldesa, Sofía Ciércoles, que destacó la importancia de que un homenaje "a un matrimonio tan especial se haga en vida de los protagonistas". Eduardo Gago es el artífice de estas figuras, que miden 3,5 metros y están fabricadas en poliéster y aluminio. La familia incluyó algunos matices y se ocupó de elegir las telas. Pascuala Iranzo, la hija, dio las gracias en nombre de la familia. "Estamos impresionados porque han quedado muy bien y porque para nosotros es un honor formar parte de la comparsa", dijo.

José Ángel Aznar fue el encargado de realizar la labor de documentación con Pascuala e Iranzo, a petición del Consistorio. "Hemos seguido todo el proceso con viajes a talleres porque era muy importante el rigor en algo que queda como parte de nuestro patrimonio", explicó Aznar.

En cuanto el párroco hizo la bendición, los gigantes de Pascuala e Iranzo danzaron como lo harán durante todas las fiestas de Andorra que comienzan hoy.