El incendio de Ejulve, controlado tras quemar 100 hectáreas de arbolado y pasto

El rápido despliegue de medios evitó una catástrofe a las puertas del Maestrazgo turolense.

Incendio en Ejulve (Teruel). @Atbrif
Incendio en Ejulve (Teruel). @Atbrif

La rápida intervención de medios aéreos y terrestres evitó que uno de los pulmones verdes de la provincia de Teruel, el paraje de las Masías de Ejulve, fuera pasto de las llamas. El lugar, a las puertas del Maestrazgo turolense, ya sufrió la mordida del fuego en un monte próximo en 2009. Se trata de una zona de barrancos de gran belleza y valor ecológico y paisajístico muy visitada por senderistas.


El fuego, que arrasó 109 hectáreas de arbolado y pastos, se inició, por causas que se desconocen, a las 14.45 en un punto de difícil acceso conocido como el Sartenero, situado entre Ejulve, Montoro de Mezquita y Villarluengo. Además de bosque de pinos, hay bancales agrícolas abandonados. Fue el vigía de una torre de control quien dio el aviso y apenas 25 minutos más tarde los primeros efectivos empezaban a llegar.


En la mañana de este jueves, tras una dura noche de trabajo contra el fuego, el incendio ha quedado controlado, según ha informado el alcalde de la localidad, Ovidio Ortin. "El incendio está controlado y ya no hay focos de fuego", ha dicho el alcalde, quien ha destacado el trabajo realizado durante toda la noche por brigadas contraincendios para atajar las llamas. Aunque ha reconocido el efecto negativo que puedan tener las altas temperaturas previstas para la jornada de este jueves, el alcalde ha resaltado los trabajos de las bomberos y que el incendio no ha afectado a ningún núcleo poblado.


En total, nueve helicópteros –seis del Gobierno de Aragón, dos de la Brif de Daroca y uno castellonense–, cuatro hidroaviones –dos aragoneses y dos de Castellón–, ocho cuadrillas helitransportadas y otras tres terrestres han trabajado para acabar con el incendio, que ya quedó estabilizado sobre las 19.00. No obstante, cinco retenes con 4 autobombas han hecho guardia durante toda la noche. En las labores se utilizó también maquinaria pesada para abrir caminos y delimitar el perímetro del incendio.


En el entorno hay ocho masías, todas deshabitadas, y un hotel que nunca llegó a abrirse, que no sufrieron ningún daño. El foco de fuego evolucionó creando dos flancos, uno de los cuales generó una gran preocupación al avanzar hacia la localidad de Montoro de Mezquita. Sin embargo, como explicó el jefe de la extinción, Sergio Aguarta, los 50 vecinos de dicho municipio no llegaron a correr riesgo y por tanto no fue necesario evacuarlos. El otro frente se dirigió hacia la zona quemada en 2009 y al encontrar menor carga de combustión no revistió peligro.

"El fuego solo deja tristeza"

El concejal de Medio Ambiente de Ejulve, Victorino Azuara, que acudió al lugar del incendio, no ocultó su preocupación por lo sucedido, si bien destacó que los efectivos de extinción habían llegado esta vez mucho antes que en el incendio de 2009, cuando se demoraron por estar ocupados en otros fuegos surgidos simultáneamente en distintos puntos del país. "El fuego solo deja tristeza y un gran desierto sin arena. El paisaje es nuestro medio de vida", destacó.


Hasta la base de operaciones se desplazó también la alcaldesa de Alcorisa, Julia Vicente, quien explicó que el humo era visible desde esta localidad, a 40 kilómetros, y que se temió lo peor cuando el viento del sureste empezó a soplar, si bien finalmente se calmó. El alcalde de Ejulve, Ovidio Ortín, recalcó el valor turístico de la zona afectada por las llamas, donde existen cuatro miradores para que el visitante disfrute de las vistas del Maestrazgo.


María del Carmen Olague, vecina de Montoro de Mezquita que regenta allí dos casas rurales, se topó con el incendio al llegar a la carretera A-1702, cortada al tráfico de los puntos kilométricos 10 al 30 como medida de precaución. La mujer expresó su temor a que el fuego llegase al desvío hacia Montoro, pues dejaría incomunicados a todos aquellos vecinos que no contasen con un vehículo todoterreno.


Olague vivió en primera persona el incendio de 2009 en la zona, que obligó a los habitantes de Montoro de Mezquita a trasladarse durante cinco días a Cantavieja, al llegar las llamas hasta la cresta de los montes más cercanos a la población.

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